Tyson Pérez, a corazón abierto: su proceso hasta Málaga, el papel de Ibon, Pepe Laso, secretos del vestuario...
"Lo que más me ha llamado la atención del vestuario es la dedicación, las horas adicionales que mete el equipo en trabajar; algo que no se hace en todos los sitios", reflexiones interesantes del hispanodominicano
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Málaga/Tyson Pérez (1996) ha caído de pie en el Unicaja y en todo su ecosistema, ideal para las condiciones del hispanodominicano, el fichaje en diferido que trazó el club hace justo un año. Estratégico por las condiciones que reúne y una buena inyección de hambre al vestuario. El pívot se abre en los micrófonos del club, una trayectoria atípica. Empezó a jugar al baloncesto a los 14 años. "Me enganché en el instituto. Mi profesor de educación física me vio jugando al baloncesto y me dijo que fuese a probar a un equipo de Betanzos en aquel entonces, al final le hice caso, habló con mi madre y nos ayudó en todo ese proceso, así es como empiezo. Me acaba gustando, quedándome poco a poco, empiezo a entrenar más, así es como empezó ese empeño mío por el baloncesto". En Galicia apareció el ojo de Pepe Laso, ahora viviendo en Málaga y quien ha tenido su peso en la adaptación del cajista a la vida malagueña. "Mi abuelo deportivo. Llevo muchos años con él, lo considero parte de mi familia, al final es una persona que me ha dado muchísimo, más allá del baloncesto; siempre se ha preocupado por mí, presente en momentos difíciles de mi vida. Es alguien muy especial para mí", narra. Lo de Tyson caló "desde muy pequeñito. Mi padre era fanático del boxeo, con el tiempo al final se me fue quedando, también mi madre me llamaba así, mi hermana, mis abuelos, toda mi familia. Fue saliendo de casa, amigos y gente del pueblo. Me quedó así. Lo de José Miguel le suena hasta raro a mi pareja porque no está acostumbrada a escucharlo. Ha quedado así".
Debutó en EBA en 2014, un proceso por las catacumbas del baloncesto español, los años en Canoe, donde tocó LEB Plata y LEB Oro. Mi camino fue poco común. Difícil pero divertido, sobre todo la primera vez que salí de casa, tenía 18 años. Se me hizo difícil por estar lejos de la familia y amigos, hacer un cambio y además en una ciudad tan grande como Madrid. Pero fue divertido, me llevó a mucha gente en esos años, que estuve en EBA, LEB Plata o LEB Oro. Conocí a un montón de gente que ha ayudado y ha aportado su granito de arena al Tyson que soy hoy". Y el paso de llegar al Unicaja. "Con muchas ganas e ilusión de venir aquí. El año que estuve en Andorra estuve concentrado en ayudar al club que tanto me dio. Estuve cinco temporadas y me ha ayudado un montón en todos los aspectos, sí que tenía ganas de estar en el Unicaja pero a la vez de ayudar y devolver algo al club que me formó en ACB", afirmaba. Y de cómo vivió el pasado Unicaja-Andorra, ya como jugador cajista. "Fue un momento raro porque venía de la lesión del isquio, no sabía muy bien en qué posición estar pero a la vez muy contento porque la gente me recibió con los brazos abierto, un montón de gente pidiéndome fotos y animándome. Lo recuerdo como un día muy bonito pese a que perdimos".
"El equipo está bien. Somos uno de los peces grandes. La plantilla mantiene esa ilusión de ir entrenando duro, competir y poder pelear con los peces grandes de la ACB. Un inicio increíble. No estoy acostumbrado a estar en esas finales ni ganar títulos, pero la plantilla tiene el focus en estar ahí siempre o intentarlo. Si estamos, competir e ir a por ellos, es el ADN que tiene el equipo ahora mismo: las ganas y el hambre para ir a muerte a por más finales. Lo que más me ha llamado la atención es la dedicación, además de todo lo que entrenamos. Todo el mundo suele venir unos 40 minutos antes de cada entrenamiento a trabajar con Marcos, incluso después muchos se quedan a trabajar, es lo que más me ha sorprendido: las horas adicionales que mete el equipo además de lo que estipula Ibon; algo que no todos los equipos lo hacen", de sus primeros pasos en el Unicaja, le ayudó una buena base del verano. "Tenía claro que debía dar un paso más en el tema físico para prevenir las lesiones y todo el tema este. Me vino súper bien venir antes, trabajar en pista pero sobre todo el físico, que pude trabajar con Marcos. Me dio una base muy buena para aguantar toda la pretemporada y para estar bien en este inicio de temporada".
Una relación especial con Ibon Navarro, otra de las personas importantes en el desarrollo de Tyson Pérez. "Lo conozco muy bien. Estuvimos varios años juntos. Sé los mínimos que suele pedir. Con eso tengo mucho territorio ganado. Es mucho más fácil adaptarse a alguien que conoces, además toda la plantilla me ha arropado desde el primer día. Todo jugador que viene aquí se adapta fácil porque staff y compañeros tienen un núcleo inmejorable". Y los motivos de coger el '0'. "Jugué con él en Canoe y quise volver a probar, y Dylan tenía el 1. Volví a los orígenes en LEB Oro".
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