UCAM Murcia-Unicaja: Con el frac y con el mono (77-89)

Durante muchos minutos fue una sinfonía de baloncesto del Unicaja, un concierto de Año Nuevo. Pero después el UCAM Murcia y la permisividad y el cambio de criterio arbitral obligaron a ganar otro partido en el barro. En los dos escenarios, salvo un bloqueo de unos minutos en el tercer cuarto, campeó el Unicaja (77-89), con una victoria que certifica su presencia en la Copa del Rey y que le permite compartir el liderato con el Valencia con un 11-3 radiante cuando se acerca el ecuador de la competición. El traqueteo de dos derrotas consecutivas con Madrid y Gran Canaria ya es historia y el Unicaja vuelve a coger velocidad de crucero en un mes de enero en el que ya se divisa el Round of 16 de la BCL y la Copa del Rey. Es un lugar de exigencia máxima como es Murcia, una victoria de mucho nivel.

El Unicaja mandó desde el inicio. Al son de Kendrick Perry, con Killian Tillie ejecutando, rápidamente se marchó por 2-10 y obligó a Sito Alonso al tiempo muerto. Ibon y su staff habían preparado de manera óptima el partido. Barreiro o Ejim cuando Rodion Kurucs jugaba de tres para minimizar el impacto del letón. Soluciones para atacar la defensa zonal, rápidamente liquidada, que colocaba Sito Alonso. Agresividad e intensidad en los contactos, los árbitros dejaban jugar, para menguar el porcentaje de tiro murciano, evitando los lanzamientos cómodos de los rivales. Y fortificar el rebote y correr. Recetas que no son sencillas de aplicar cuando el equipo que está enfrente tiene la fortaleza del UCAM, por eso tenía mérito lo que hacía el equipo malagueño.

En esa distancia entre los 10 y 15 puntos se situaba la conversación del partido (11-27 de pico al final del primer cuarto). La rotación cajista mantenía los niveles. Lo cierto es que es un lujo poder sacar en el minuto 15 a Ejim para elevar el nivel o que Tyson Pérez entre y el rebote se fortifique aún más. Tyson Carter también ofrecía algunos coletazos de calidad, Alberto Díaz metía un triple y el Palacio de los Deportes murciano se iba apagando progresivamente mientras el Unicaja iba aplicando el rodillo (34-47 al descanso). Ya había alguna triquiñuela murciana, que después aumentarían.

Tras una salida ejemplar de nuevo por el Unicaja, que se acercaba a los 20 puntos de renta, un principio de trifulca. Sito Alonso retuvo el balón en una pérdida de su equipo. Osetkowski chocó con él, Ennis empujó, Sekulic se puso hecho un energúmeno... Tres tiros y balón para el Unicaja, que se marchó por 22 (38-60). Siguió el UCAM con hiperactividad con laxitud arbitral. Señalaban una técnica compensatoria a Balcerowski por un gesto inocente y frecuente, otra más al banquillo cajista. Y el Unicaja enloqueció y perdió la compostura durante unos minutos para encajar un parcial tremendo en unos minutos y rebajar la distancia a siete (55-62). La enseñanza arbitral es que compensa ensuciar y enmarañar partidos para sacar rédito en situaciones desesperadas si cambian los criterios... Es baloncesto también, toda la vida existió... Hasta donde dejan.

Salvó la situación al final del tercer cuarto el Unicaja con un buen minuto final (55-69), recuperó el temple y aguantó las embestidas locales. Y en el cuarto final encontró la brillantez de Tyson Carter y Dylan Osetkowski para liquidar el partido aunque el UCAM no se rindiera nunca. Se jugaba las posibilidades de acceder a la Copa del Rey, en la que el Unicaja ha asegurado su presencia con bastante antelación y con opciones abiertas para ser cabeza de serie. Y, como no fue frecuente durante varios años, conviene celebrarlo y dimensionarlo de la manera adecuada. En Gran Canaria pasarán cosas.

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