El último baile de Pau Gasol en el Carpena

El Carpena abre sus puertas para una función especial en este tórrido mes de julio. Un doble duelo entre dos de las mejores selecciones europeas vigentes, España y Francia, en categoría masculina y femenina. Un evento inédito que tendrá su continuidad el sábado en París con la devolución de la visita. Serán 3.000 espectadores, algo más de un 25% de la capacidad de Martín Carpena, los que asistan a la exquisita doble sesión. Pocos, pero muchos para donde se viene. Desde las 19:30 horas (Cuatro) el partido masculino y desde las 22:00 el femenino (Teledeporte).

Es un evento de tintes emotivos. Es el último baile de Pau Gasol en la pista que fue su trampolín al estrellato. De aquel mes de marzo de 2001 han transcurrido 20 años de carrera de uno de los ocupantes del podio de mejor deportista español de la historia. Lo ha sido todo en la canasta, pero quería despedirse jugando. Campeón del mundo, de Europa, de la NBA. El miércoles cumplió 41 años. Tras dos campañas casi en blanco, se tomó como una misión jugar sus quintos Juegos Olímpicos en Tokio. Y está muy cerca de conseguirlo. Ha ido mejorando progresivamente hasta acabar ganando la Liga en su etapa en el Barça. Y Sergio Scariolo, quien lo sufría en el banquillo contrario aquella tarde de 2001, dice que ve "puntitos" de la mejor versión del catalán.

Junto a Pau, parte de su batallón de fieles. Es el único que aguanta de la gloriosa generación de los juniors de oro (sólo el malagueño Carlos Cabezas está en activo aún también tras la retirada de Felipe Reyes) en este combinado. Pero están su hermano Marc, Sergio Rodríguez, Rudy, Ricky, Llull, Claver... Gente que ha sido una o dos veces campeones del mundo, que ha pisado podios olímpicos y europeos hasta la saciedad. Pero que se han conjurado por una última vez para ponerse a las órdenes del alquimista de Brescia y hacer algo grande en Tokio. Por detrás empuja la nueva generación, con Garuba como icono por su hambre tremenda. Entre medias, quienes deben liderar el futuro. Los Hernangómez, Abrines, Abalde y, por qué no, el cajista Darío Brizuela.

Después de los dos partidos cómodos ante Irán, van subiendo las revoluciones y llega Francia, un equipo con el que hay una rivalidad especial. Probablemente el mejor día de baloncesto de Pau Gasol Sáez fue esa monstruosa exhibición de Lille en 2015, que daba el billete a los Juegos de Río, cuando silenció a 27.000 personas metiendo 40 puntos en una gesta inolvidable. No está Tony Parker, pero es un roster de campanillas, con NBA y élite europeas. Andrew Albicy, Nicolas Batum, Nando De Colo, Moustapha Fall, Evan Fournier, Rudy Gobert, Thomas Heurtel, Timothe Luwawu-Cabarrot, Petr Cornelie, Frank Ntilikina, Vincent Poirier y Guerschon Yabusele. Mucha dinamita y garantía de competitividad.

El nivel del partido femenino no le va a la zaga al masculino. Ha sido un jarro de agua fría el Europeo recién disputado en Valencia, en el que España perdió dos partidos claves, en los que tuvo bolas para ganar, y no estará en el Mundial 2022 de Australia. Está en proceso de reconversión otra selección gloriosa en la que también hay una cuarentañera, Laia Palau, como cabeza visible. La catalana eterna, nacida en 1979, mostraba su frustración tras lo del Eurobásket, pero garantizaba que este equipo competirá en Tokio. En Río'16 consiguió una plata del calibre de la de Los Angeles'84 para el baloncesto masculino. En esta época en la que en Málaga el baloncesto femenino está en plena expansión y crecimiento, con la agitación que provocó el Unicaja, pero con focos importantes en Estepona (la referencia ahora mismo) y Alhaurín de la Torre, es también una buena manera de sembrar que esta generación tremenda pise Málaga y juegue en el Carpena.

La selección femenina lleva puesta a punto que mantiene la misma fórmula que en el pasado EuroBasket de 12+2 jugadoras. Este grupo, al que Astou Ndour se incorporará en los próximos días, está compuesto por las jugadoras que ya estuvieron en Valencia el pasado mes de junio, incluidas las ya recuperadas Alba Torrens y Tamara Abalde, que no pudieron jugar por haber contraído el Covid-19. Será la primera vez que la femenina juegue en Málaga. Cristina Ouviña, Silvia Domínguez, Laia Palau, Leonor Rodríguez, Maite Cazorla, Raquel Carrera, Queralt Casas, Paula Ginzo, María Conde, Laura Gil y Laura Quevedo, son las otras 11 de las que dispondrá Mondelo. Mezcla de veteranas condecoradas y la nueva ola, que también llega en el baloncesto femenino, que experimenta un crecimiento con las apuestas crecientes de clubes de ACB. Enfrente, una Francia que viene de ser subcampeona de Europa en Valencia y ante la que España ha vivido también numerosas batallas en estas últimas temporadas. Una doble sesión de lujo.