El último escalón
El Unicaja perdió con los seis primeros y ganó todos los partidos desde el séptimo al colista que jugó
El equipo debe acostumbrarse a competir como grupo en situaciones adversas
La explicación de Jaime Fernández
El Unicaja ha perdido sus cinco partidos ante los seis primeros clasificados de la Liga Endesa y ha ganado todos lo que ha jugado en la primera vuelta del séptimo hasta el final a expensas de medirse al Breogán (noveno) y Manresa (16º). Así se resume hasta ahora la trayectoria del equipo de Ibon Navarro desde la atalaya de ese quinto lugar que ocupa ahora mismo, con el balance de 10-5, igualado con el Joventut. De esos cinco partidos ante Real Madrid, Barcelona, Baskonia, Tenerife y la Penya, sólo ante los blancos se jugó en el Carpena. Los otros cuatro fueron partidos a domicilio. En Vitoria y Barcelona las opciones fueron menores, sin dejar de competir, y en Badalona y Tenerife hubo posibilidades reales hasta bien entrado el último cuarto. Sí se consiguió ganar en la pista de Valencia, décimo clasificado a día de hoy, el otro equipo de Euroliga que está teniendo una trayectoria más trabada, también con una plaga importante de lesiones y con ese peaje de participar en la mejor competición del continente.
Así que el Unicaja ha conseguido una fiabilidad tremenda ante equipos de zona media-baja de la tabla, debajo de mucho de ellos había caído en sus últimas temporadas penando, pero le ha faltado subir un último escalón de excelencia contra los mejores clasificados hasta el momento, que son también cinco de los seis mejores clubes de la ACB en el último lustro, con la adición del Valencia Básket. Con ese detalle, no menor, de que han sido cinco de seis partidos fuera de casa. La segunda vuelta, eso sí, será muy exigente en el Carpena, con buen espectáculo para los seguidores por el nivel de los rivales, pero con también con más dificultad para amarrar las victorias.
Todo seguidor o componente del club, viniendo de donde se venía, hubiera firmado con sangre la situación actual cuando se acerca el ecuador de la temporada, 10-5 en la ACB y evitado el play in en la BCL. Pero, una vez estabilizado, ahora el nivel se eleva y la dificultad crece para seguir avanzando. La baja de Augusto Lima es estructural y se notó en un partido así ante un pívot como Giorgi Shermadini, dominante y que sacó con faltas del partido a Osetkowski, que podía ser clave. También le generó muchos problema a Kravish. Lima, por ejemplo, hizo un trabajo ejemplar y anuló a Marc Gasol en Girona. Es un perfil necesario y se comprobó por qué se necesitan tres pívots en este tipo de contextos. El juego interior es seguramente el gran salto que ha dado el equipo esta temporada. También, en un día en el que Carter se sale del partido tras una primera gran aparición, no está Brizuela para ofrecer otra alternativa. Pero son circunstancias habituales que ocurren en el primer nivel, las lesiones graves y su gestión.
La profundidad de plantilla ha sido esencial para que el Unicaja marque diferencias. Los jugadores han comprado la idea de Ibon Navarro. Jonathan Barreiro y Will Thomas, por ejemplo, que parecían algo descolgados antes de la ventana son ahora hombres muy válidos en la rotación. Y por ello se pretende mantener con el fichaje de Yankuba Sima esa capacidad de ser determinantes por ritmo y físico.
Dentro del campo de mejora que queda por delante, hay detalles que invitan a pensar que el regreso del Unicaja a codearse entre los mejores está próximo. No había en los últimos años un ambiente así en La Laguna en un partido ante el equipo malagueño. Se vislumbra una rivalidad en los próximos años, es también una señal de respeto. El Unicaja debe acostumbrarse a competir como grupo en situaciones comprometidas, en ambientes desfavorables y contextos tensos. Es parte del crecimiento. Si se logra asentar el suelo de ganar bien a esos equipos de zona media-baja, será cuestión de tiempo prepararse para el escalón superior.
El Lenovo, con su victoria, dejó algunas claves, también como el rival más próximo al que acercarse. Desde la importancia de los bases en el manejo del ritmo de los partidos, el Unicaja voló cuando pudo correr pero sufrió más en estático. Ahí Alberto y Perry también tienen hueco para progresar. Igualmente, en el otro baloncesto, como Jaime sacando del partido a Carter o Vidorreta incitando a sus jugadores en un tiempo muerto a exagerar contactos para ir a la línea de tiros libres con asiduidad. Los partidos en el Palau y el Santiago Martín muestran también la realidad del Unicaja a día de hoy. La temporada pasa y el scouting de los mejores va afinando. Y no es nada mala la situación, al contrario, se ha conseguido rebotar después de tocar fondo la pasada temporada y generar una corriente muy positiva colectiva que debe empujar al equipo, pero hay que gestionar bien la frustración y procesar bien la información para subir ese nivel que se demanda para ganar a los mejores. El anterior partido con el Tenerife fue una humillación en el Carpena y el domingo había fiesta en La Laguna por la victoria.
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