Unicaja-Breogán: Guardando para primavera (86-77)

El Unicaja ha volado tan alto en este 2024 que cualquier aleteo a descompás provoca desconcierto y contrariedad. Y la realidad es que ganó como ganan los grandes muchas veces, por inercia, porque es lo que tiene que pasar. Aunque de vez en cuando se asomase por la esquina la inocentada ante un Río Breogán que dio la cara y jamás se rindió.

Al final, el Unicaja cumplió con lo previsto, pero sin regalar una fiesta navideña como hace un año ante el Barcelona. Quizás es eso, que los malagueños ya juegan en las ligas mayores y sestean a veces contra los mortales, que están algunos de manera inconsciente con el freno de mano echado, guardando en invierno para gastar en primavera en los días que se descorcha el champán caro.

No fue el mejor primer cuarto del Unicaja ni mucho menos. La vio venir demasiadas veces, concediendo algún rebote ofensivo de más y varias canastas interiores a los de Casimiro relativamente sencillas. Incluso pese al triunfo parcial (22-19), estuvo un par de veces por debajo en el marcador y eran los gallegos los que daban la sensación de estar más cerca de su plan que los de Ibon Navarro, que pudieron correr menos de los que les habría gustado.

Le bastó al equipo con un par de arreones de calidad de Carter y Osetkowski (que regaló cuatro puntos a Balcerowski) para cerrar el cuarto con tres puntos de distancia después de que Vila hubiese puesto un curioso 16-17 vía triple.

Reinició el Unicaja el segundo parcial con el mismo quinteto pero poco más de minuto y medio más tarde, Navarro tiró de fondo de armario, uniendo a Perry, Carter y Osetkowski en cancha. Todo eso entre mate y mate de Vila, que puso un 24-23 que llevó al vitoriano a pedir un tiempo muerto preventivo. Corría más y mejor el cuadro lucense, pero replicaron al fin los malagueños con una jugada marca de la casa que culminó Pérez colgándose.

Se marcó un parcial de 5-0 Unicaja culminado por un robo y coast to coast de Ejim, que llevó a Casimiro a parar el partido. “No pérdidas”, “pase extra”, “pase fácil”, pedía a sus jugadores el ex coach cajista. Competían los suyos, pero les desestabilizó el factor Pérez en la pintura con seis puntos y una antideportiva forzada bajo el aro (aunque marró los dos tiros libres).

Sin demasiados alardes ni una finura especial, el Unicaja extendió su ventaja como una hormiguita con un parcial de 8-2 para el 41-32. De nuevo Casimiro llamó a los suyos para evitar que en poco más de 77 segundos se desangrase su equipo y tirase parte del trabajo hecho en la primera mitad. 2-8 de parcial con sendos triples de Hilliard y Atic más una última canasta de Grant tras pérdida de Díaz en la posesión final. 43-40 y cara de circunstancias de Ibon camino a su vestuario.

La tercera manga comenzó con el Unicaja poniéndose a diez (52-42) gracias a siete puntos seguidos de Barreiro. La cara amarga fue que en ese trasiego de pocos minutos, Balcerowski cometió tres personales y los malagueños se pusieron en bonus con seis minutos por jugarse.

No fue una merma porque el Breogán no supo sacar ventaja de ello. Perdió balones y eligió mal sus intentos. El inspirado Barreiro puso la máxima con otro triple (58-44) y Casimiro tuvo que frenar en seco nuevamente un partido que se les empezaba a escurrir. 13-2 de parcial a falta de 4’50’’.

Grant, eliminado por antideportivas

Pidió el challenge el entrenador de Ciudad Real para revisar una antideportiva por agarrón de Grant a Tillie. No estuvo fino el base en la elección, que ya había cometido otra y se jugaba la eliminación. Se mantuvieron firmes los árbitros.

Amagaron los visitantes con reaccionar y reducir la desventaja, pero el Unicaja castigó a base de cuatro oportunos triples de Kalinoski, Tillie y sobre todo, los dos últimos de Carter. Mitigó ligeramente la puñalada Apic para el 71-59 final.

Se unió a la fiesta Alberto Díaz para poner el +15 con un triple (74-59). Y ni por esas se rindieron los de Lugo. Les pudo minar el triple de Perry (78-64) y el +16 posterior a canasta de Ejim. Sendos triples de Aranitovic recortó hasta el 80-70. Ibon pidió tiempo muerto inmediato.

Jugaba a menos de tres minutos el Breogán para bajar de la barrera psicológica y lo consiguió Mavra con cinco puntos seguidos (80-75). Perry dio un balón de oxígeno (82-75), pero un perdido Balcerowski se eliminó con dos faltas evitables. Ibon metió a Alberto y Osetkowski en pista para abrochar el triunfo. Lo hicieron, sobre todo, con algunos rebotes valiosos en un tramo en el que el tanteador no avanzaba. El capitán anotó dos tiros libres para el 84-75 con menos de 27 segundos por librarse.

Estaba hecho, pero fue un suspense innecesario para cerrar un 2024 brillante pero con algunos asteriscos y el aviso de que la autocomplacencia es una mala juntera. Pero 86-77 y un balance de 10-3 como Valencia.