Unicaja y lo que cuesta ganar títulos

Tras un mes de marzo en el que se ha perdido más de lo frecuente, experiencias de otros equipos, como Valencia en la Eurocup, recuerdan la dificultad de levantar trofeos

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Pedro Martínez, con De Larrea de fondo.
Pedro Martínez, con De Larrea de fondo. / Efe

El Unicaja está inmerso en una racha de tres derrotas consecutivas en la Liga Endesa, algo que no sucedía desde octubre de 2023. No le impidió acabar la temporada como primero de la temporada regular. El equipo hizo un esfuerzo gigante para, a la vez que ganaba la BCL, conseguir ese primer puesto, que no valió para llegar a la final de la ACB, ese anhelo que verbalizan los jugadores para cerrar la temporada. Estas tres derrotas (en Zaragoza y Gran Canaria, ante el Madrid en casa) llegaban en un momento de la temporada con ajetreo de partidos europeos, tras la resaca copera, que exigió un gran esfuerzo y que llevó al staff cajista a invertir en descanso con una semana libre. Pasado ese mes de marzo de supervivencia, en el que una óptima posición en el play off se ha complicado, en abril toca ir elevando prestaciones.

En estas semanas también se ha desarrollado la Eurocup en su fase caliente para desembocar en la final Hapoel Tel Aviv-Gran Canaria. El ganador, en principio, debería jugar la próxima Euroliga, aunque ya el club presidido por Sitapha Savané renunció hace un par de año tras vencerla. Y, contemplando a un Valencia que ha estado exuberante durante la temporada europea y que asombra por su volumen de puntos en la ACB, después de acumular un balance de 19-2 fue eliminado en los dos partidos decisivos ante los israelíes, se viene a la cabeza y se recuerda lo complicado que es ganar títulos. El último partido en La Fonteta fue tremendo, pero venció el equipo de Itoudis, que ambiciona un puesto en la Euroliga más a largo plazo. Y esa dificultad que entraña no fallar en los días decisivos es algo que el Unicaja ha pasado con una nota altísima. Y ahora el Valencia experimenta lo contrario, un crecimiento con derrota en cuartos de Copa y semis de Eurocup. No merma lo que se ha hecho y construido tras unos años de indefinición, pero lógicamente entran las dudas en un equipo diseñado para regresar a la Euroliga.

En clave cajista, pocos meses después de confeccionar una plantilla nueva se consiguió el título de Copa en 2023. El tiempo posterior ha demostrado que no fue casualidad. Y no ha dejado de haber decepciones, como esa derrota en la Final Four ante el Bonn (hoy el grueso de aquel equipo está compitiendo, apenas dos años después, en París por los play off de la Euroliga y TJ Shorts es contendiente a MVP de la competición), la derrota en cuartos de final de la Copa ante el Tenerife o las derrotas con el UCAM en semifinales de la ACB. Menos que alegrías, todas con el hilo común de que fueron partidos disputados en el Carpena. Entrelazadas, ese título en Belgrado que gana valor con el tiempo. O la Supercopa ante el Madrid y la Copa siguiente ante el equipo blanco. Pero antes hay que ganar partidos para llegar a ese punto. A un tremendo Tenerife o a un UCAM que ya era un dolor de muelas. Esa primacía del factor cancha se va diluyendo con el tiempo, ocurrió también con la victoria del Gran Canaria en la pista del Bahcesehir en la otra semifinal de la Eurocup. Hay ejemplos contrarios, como lo que ocurrió en Miribilla también para que Bilbao accediera a la final de la FIBA Europe Cup con un cuarto final tremendo de los vascos.

La realidad es que el Unicaja ha ganado muchísimo en este tiempo, no es frecuente. Y es muy complicado conseguirlo. Y ese “ganar cuando hay que ganar” que repetía Ibon Navarro como mantra viene ahora, con la decisión de la BCL y el tramo final de la ACB. Con unos precedentes para confiar.

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