El Unicaja, un equipo NBA en asistencias

Málaga/El baloncesto del Unicaja dicurre a una velocidad endiablada, un equipo preparado para rendir en diferentes marchas y distintos mapas. La base de conocimiento y trabajo está asentada tras dos temporadas con el mismo bloque, pero insistía Ibon antes de la pretemporada en reinventarse, buscar nuevos incentivos para que el desarrollo del equipo no parase. Diez victorias en diez partidos en el curso, y el cómo. Metiendo el bisturí a algunos registros de este Unicaja, brilla con fuerza el número de asistencias por partido, entre otros apartados estadísticos: 23.4. En una muestra de diez partidos, que viene a ser casi un tercio de temporada para muchos equipos ACB. Puede estar esa cifra desvirtuada por los partidos de Singapur, con minutos de placer durante los tres días de la Intercontinental, o la pasada semana en King Szczecin en BCL, otro rival flojo, pero se rozó esa media en Murcia ante todo un Real Madrid (21) y ante el Hiopos Lleida se firmaron 31, a dos del tope histórico, que data de aquel Fuenlabrada-Unicaja de hace un par de temporadas, donde se rompieron varios récords. El equipo expresa una fluidez de febrero o mayo, los meses donde se pretenden alcanzar esos picos, la segunda tanda de títulos. Pero no se descubre el techo aún.

Se trata de un efecto al gran trabajo colectivo, en provocar ese ritmo alto y que la pelota circule de forma automática. Salvo situaciones con los nuevos, es muy difícil encontrar situaciones de falta de conocimiento, un mal pase a una esquina, una recepción que no toca. Ibon maneja un robot. Y los generadores principales viven un momento de lucidez. Kendrick Perry, con una toma de decisiones milimétrica, no se había visto al de Florida en Málaga con esa interpretación del baloncesto tan cerebral, y no alejándose de su naturaleza porque le sale, y en estas primeras semanas resuelve a la perfección. Son 4.2 asistencias por partido de Perry. Su hermano Tyson Carter sigue creciendo como base, viene de hacer 8 asistencias ante Hiopos Lleida, finalizador pero también generador, versión total del talento de Misisipi, que se apartará con la vuelta de Alberto. 4.5 asistencias el americano (máximo del equipo), por las 3.7 del capitán del Unicaja. Y con muchos jugadores con ese instinto de pasar el balón y el añadido de cuánto tiempo pasa cada uno en pista. Osetkowski tuvo algún partido en Singapur de 7, o Kameron Taylor, el MVP de la Supercopa, premiado tras 22 puntos y 6 asistencias en la final.

Prácticamente imposible que perdure esa media, más relacionada con la NBA que en el baloncesto europeo. Como anécdota y con poco sustento, hasta siete franquicias estuvieron por debajo de 25 la pasada temporada. La vistosidad en el juego del Unicaja trasciende, establecido como paradigma incluso en la Liga, una filosofía de baloncesto ya fácil de identificar, vistosa y hasta revolucionaria, de ritmo y meter tantos jugadores en dinámica. Ibon Navarro, alquimista y de números hasta en la piel, seguro que conoce la media de las dos últimas temporadas: 19 y 19.8 en la 23/24, números que son brillantes; de hecho solo le superó el año pasado el Real Madrid (20.4). "El Unicaja lleva ya mucho tiempo jugando muy bien el baloncesto, en equipo, compartiendo el balón muy bien, con un ritmo alto de juego, defendiendo, con participación de los jugadores 10-11-12, que son diferentes en cada partido, importantes, y con la mejora individual de algunos jugadores que ya estaban que añade calidad y competitividad al conjunto", la luz de Sergio Scariolo, que ya se habitúa a hablar del Unicaja en Movistar. El malagueño es el equipo de moda, y el que mejor pasa el balón tras las primeras curvas de la temporada.