El Unicaja gana tiempo
Balón de oxígeno con la renovación de Sima, ya conseguido el mínimo de cupos y doce jugadores con contrato, y afrontar un final de planificación sin urgencias, con margen para deliberar un último movimiento
La idea es una plantilla de trece
Habla Balcerowski
Materializada la renovación de Yankuba Sima, importante a todos los niveles, pero principalmente por su condición de cupo, el Unicaja puede permitirse un margen para madurar ese último paso en la planificación. Se mantiene la idea de contar con una plantilla de trece efectivos, los precedentes de esa estructura no pueden ser más tranquilizadores, y da desconfianza cambiar ese molde, por lo que faltaría una última incorporación en el juego interior para cerrar la plantilla. Hay doce jugadores con contrato, con ese asterisco de cómo evoluciona el caso de Dylan Osetkowski, que por el momento cuenta. Es independiente a lo que acontezca con el californiano. Como recordaba el club en el anuncio de Sima, once jugadores de la pasada temporada están atados para la 24/25, escenario impensable, que evidencia el porte del proyecto. Tyler Kalinoski y Kameron Taylor firmaron su compromiso con el club hasta 2027, al igual que Jonathan Barreiro y el recién fichado Tyson Pérez, Alberto Díaz y Mario Saint-Supéry, que saldrá cedido, acaban el 2028; Kendrick Perry, Dylan Osetkowski y David Kravish en el 2025, pero hay opción de club para ampliarlo hasta 2026, cuando finaliza el nuevo contrato de Yankuba Sima. También acaba en 2026 Yannick Nzosa, con quien se conversa para una ampliación, según apuntaba Sur. El futuro por lo tanto queda bien atado, otro de los grandes objetivos de los gestores del Unicaja en los últimos meses, con un resultado difícilmente mejorable.
El único revés, la no incorporación de Olek Balcerowski, donde siempre se transmitió desde el Unicaja optimismo, quizá excesivo, pero un fichaje que quedaba supeditado a la última palabra del Panathinaikos. Taxativo el superagente Misko Raznatovic, asegurando que cumplirá ese año en Atenas, más las palabras del jugador, que afirmaba (y balbuceaba) la satisfacción de continuar en el campeón de Euroliga, no precisamente contento el polaco en su comunicación no verbal. Pero es un verano aún largo. Las palabras de Ataman, esperando a su pívot, refuerzan esa visión del Unicaja de no dar el fichaje aún por perdido, ante las actuaciones indescifables del PAO, un club peculiar, al igual que su entrenador, "que se distingue por tomar cualquier decisión y puede salir por muchos lados, hasta decir un día que se pira", decía Ibon Navarro sobre el carismático y complicado Ataman en este periódico. Es una opción que va a estar latente, en Los Guindos se mirará a lo que se vaya cocinando en Atenas, por si vuelve a existir viabilidad en ese plan A. Y un mercado de interiores siempre reducido, con la imposibilidad de firmar un extracomunitario (las plazas actuales son de Carter y Taylor), por lo que el abanico se reduce al mínimo. Hay necesidad en el Unicaja, pero no urgencias o prisas, terreno peligroso, y el club se ha caracterizado en los últimos años de actuar con una previsión, que después se convirtió en precisión, milimétrica. Y no ha variado el concepto de Balcerowski, jugador que daría al equipo malagueño un salto cualitativo mayúsculo por edad, recorrido, un cupo de tremendo nivel, y por el que vale la pena esperar, además en un mercado que difícilmente deje una oportunidad que se acerque a ese escalón.
Pero con la tranquilidad de haber superado una de las papeletas más compleja del verano, esos cinco cupos tan preciados en el mercado (Alberto Díaz, Nihad Djedovic, Jonathan Barreiro, Tyson Pérez y Yankuba Sima). La firma del gerundense da calma, renovación que siempre fue prioritaria en el Unicaja, aún con músculo económico pese a los esfuerzos para esa última pieza del puzle. Y tiempo, la cosa más valiosa que se puede gastar.
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