Unicaja o cómo ganar sin estar en plenitud
El equipo atraviesa un momento de menos fluidez baloncestística pero no pierde la competitividad
Resumen del partido
La rueda de prensa de Ibon Navarro previa al viaje a Badalona fue interesante. Una conclusión que podía estar en el aire pero que confirmaba el técnico, pese a que el resultado anterior fue una victoria sobre el Barcelona, era que los resultados estaban siendo mejores que el juego antes del accidente de Manresa. Este Unicaja ha jugado ya 16 partidos oficiales y sólo ha perdido, de manera hiriente, es cierto, en el Nou Congost. Pero la ambición y la necesidad de crecer está latente. Y puede entenderse también como una buena noticia el ganar tanto distando del potencial tope, siempre y cuando se sea consciente. Y, al menos, el técnico vitoriano lo es.
La victoria en Badalona fue muy meritoria. No está en un tramo de baloncesto muy fluído el Unicaja, que tiene que incorporar a Alberto Díaz progresivamente, que también ajusta momentos de altibajos con los tres fichajes que llegaron, cada uno con sus momentos. También puede haber un lógico valle físico y mental después de un inicio de temporada exigente con los dos títulos y partidos que se ganaron por inercia. El Joventut vendió cara la derrota en el Olímpic, era lógico, presentó problemas a pesar de tener bajas importantes. El Unicaja tuvo el aplomo y la sangre fría de masticar el partido y aguardar su momento con la tranquilidad con la que los equipos grandes liquidan las victorias. Y valen más los triunfos cuando no se está redondo, cuando el puzle no encaja tan bien. Ibon, por ejemplo, volvió a alinear a cuatro jugadores con 23 puntos o más (hasta 28 de Taylor) en el partido, dando flexibilidad según el contexto a su ideas, también con menos minutaje a Alberto en su regreso o a Balcerowski, que lleva unos partidos en los que le está costando más. Quizá el más constante de los nuevos es Tyson Pérez y se celebró esa aparición de Tillie en el último cuarto. Son matices que van enriquiciendo el proyecto común de un equipo que, de momento, sortea bien el tema de tener una rotación tan larga sin Euroliga, al menos la actitud externa de los jugadores así lo muestra. Ganar ayuda mucho a aplacar los lógicos impulsos egoístas que tienen todos los jugadores.
Oteando un parón que minimizará el virus de la Davis, queda un último partido en Andorra antes de un parón por las ventanas en el que medio equipo estará fuera con sus selecciones. Algunos tendrán momento para recuperar y hacer trabajo específico, aunque Ibon suele conceder días libres. Otros para coger ritmo competitivo y algunos para mantenerlo con sus países. A principios de esta semana se irán conociendo las listas que faltan para despejar algunas dudas. Pero antes, una semana de trabajo sin BCL que ayudará a seguir haciendo sesiones de calidad y seguir mejorando. Con la consciencia de que hay margen de crecimiento pese a las constantes victorias y alegrías que concede este equipo.
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