Unicaja - Girona: Peligro, fiesta (18:00)

El último partido oficial del Unicaja en el Carpena fue el pasado mes de junio, el quinto de la semifinal ante el UCAM Murcia. Se escapó alguna lágrima tras perder la opción de jugar una final ante el Real Madrid de la Liga. Pero el deporte siempre da revancha, más a un grupo tan ganador como el que ha confeccionado Ibon Navarro. Casi cuatro meses después se suben dos lonas que simbolizan dos títulos más, la Intercontinental y la Supercopa. Cualitativamente no son los más preciados, pero añaden fondo de vitrina. Y esa victoria ante el Madrid es de las que son recordadas y generan impacto a nivel nacional. Es una buena manera de comenzar el año.

No suele gustar a los entrenadores esa parafernalia previa que puede descentrar la atención y dar a entender que no es un partido serio. Hay quien piensa que lo festivo no es halagüeño, pero no sobran los títulos para no celebrar. Quitaba trascendencia Ibon a ese hecho e intentaba poner el foco y darle valor al Girona, un equipo que se ha reforzado con jugadores interesantes y que se va consolidando en la ACBde la mano de Marc Gasol en la presidencia. Hay tradición de básket en la ciudad catalana, deportivamente ahora en máximos históricos, con el equipo de fútbol jugando la Champions League. Los pasos del club de baloncesto (distinto al antiguo Valvi, Casademont y Akasvayu, disuelto tras una aventura que acabó con la desaparición) son firmes y ahora quizá el siguiente es soñar con algo más, merodear alguna Copa o algún play off y acercarse a los puestos europeos.

El Unicaja viene con una inercia fenomenal, ya con cinco partidos oficiales, con cinco victorias que permitieron conquistar ese par de títulos. Es una ventaja competitiva de partida aunque el técnico advirtió de que vendría un bajón físico por la pérdida de entrenamientos. Sucede algo similar, salvando las distancias, cuando los internacionales llegan tras haber jugado un Europeo o un Mundial y se incorporan ipso facto. Vuelan al principio porque tienen ese ritmo, pero les falta base física que después penaliza. Ya explicaba el técnico que se intentará llenar el depósito en estas semanas.

En este momento de plenitud que vive el Unicaja, con una comunión equipo-afición extraordinaria, cada partido es un motivo para celebrar en el Carpena. Apenas quedaban anoche una decena suelta de entradas repartidas por el Palacio. Con 9.000 abonados hay un buen remanente para rotar durante la temporada. Las expectativas y el listón que se han puesto este bloque de jugadores con su magnífico hacer puede ser en algún momento una carga, pero hasta ahora ha ido consiguiendo retos y mejorando a medida que pasan los partidos. Habrá que comprender algún momento de bajón, pero el hecho de tener 14 jugadores también permite refrescar y reservar según el excel.

En el Girona, el interesante base argentino Juani Marcos fija el ritmo y hay un buen plantel. No ficha nada mal (ya lo comprobó el Unicaja con Kameron Taylor) y es un caladero en el que también fijarse de cara al futuro. Es la primera prueba de la temporada 2024/25. En 2022/23 se quedó en el cuarto partido de semifinales, el 2023/24 en el quinto y este equipo ha superado bastantes hitos.