El Unicaja inicia la Operación Singapur
Buenas sensaciones en el Costa del Sol ante dos equipos de Euroliga antes de acometer la Intercontinental
El club saca músculo también en su vertiente social
Balcerowski: "Tenemos un equipazo"
Más de 8.500 personas acudieron al último partido de pretemporada del Unicaja. No era un encuentro de abono aun siendo en el Carpena, había que comprar las localidades, a precios económicos (7 euros). Es un buen termómetro de cómo es el estado de salud social del club malagueño, que en el último trienio ha remontado el vuelo en todos los aspectos. El homenaje a Carlos Suárez es también un recuerdo del mensaje potente que ya se mandó con la retirada de Carlos Cabezas tres años atrás, en septiembre de 2021. Honrar a las leyendas, darle su espacio y su reconocimiento. El de Aranjuez tuvo el cariño por los servicios prestados durante nueve temporadas. Ese respeto al pasado es algo en lo que se ha esmerado López Nieto desde su llegada a la presidencia. Y manda lo que ocurre en la pista, pero lo que se hace alrededor también ayuda.
El motivo fundamental de lo que se observa es lo que ocurre en el parqué. Sobre el 28x15 el Unicaja sigue ofreciendo sensaciones muy buenas, desplegando un baloncesto con una seña de identidad clara, que contagia y que gusta. Moderno, ágil, con una plantilla profunda y versátil que ofrece muchas posibilidades. Existe esa fricción que ya verbalizó Ibon Navarro, que parece bastante complicado utilizar a 14 jugadores profesionales de forma continua compitiendo en BCL con descartes continuos, siete exteriores para tres puestos y siete interiores para dos. Igual si la distribución fuera 8-6 sería menos complicada, aunque ya se vio a Melvin Ejim con minutos de tres ante el Baskonia. Pero insistía Ibon tras el duelo en que es una estructura que no ante todos los equipos es factibles. También existen factores físicos, de salud y administrativos que pueden hacer su trabajo de selección natural.
Los resultados en pretemporada, sea una derrota ante el Benfica o dos victorias ante equipos de Euroliga, valen de poco, pero sí se ha visto esta semana un salto importante en el juego respecto a lo anterior en los duelos en Alhaurín y en el Carpena ante Mónaco y Baskonia, sobre todo defensivamente, que es la base que permite ejecutar la propuesta del Unicaja. Hay un hecho innegable y es que el mantenimiento masivo del bloque ayuda con mecanismos y conocimiento mutuos. Es la tercera temporada con más del 80% de la misma plantilla. E igual que también el scout de los rivales tiene trabajo avanzado y obliga a Ibon y su staff a reinventarse (era curioso ver cómo Mónaco y Baskonia paraban a Perry con faltas antes del bonus casi cualquier intento de contraataque o transición del de Florida) también existe un claro terreno ganado. Entre combatir la monotonía, algo que obsesiona al entrenador cajista, y el factor positivo de conocerse en la victoria y la derrota, la balanza se intenta inclinar para este lado.
El Unicaja viaja a Singapur con la idea de ganar la Intercontinental. Es un título oficial al que desde dentro se le concede importancia total, no se entiende como un trámite, aunque se esté técnicamente aún en pretemporada con menos de un mes de trabajo colectivo. Es una competición que puede entenderse desde la atalaya de superioridad del baloncesto europeo como poco más que un trámite y 'sencillo', pero sería un craso error y ya lo advertía Ibon desde acabar el partido ante el Baskonia. Se encontrarán estilos diferentes de baloncesto en los cinco continentes, algunos tamizados por técnicos europeos, que en partidos sin margen de error aumentan el margen para la sorpresa. En el seno del club se respeta especialmente al Tasmania JackJumpers, el equipo oceánico. También el Quimsa argentino o el equipo de la G-League pueden tener opciones. Pero antes hay que ganar a los campeones de África y Asia en la primera fase.
Las sensaciones sobre el parqué han mejorado en estos días del Costa del Sol. La tendencia lógica es fijarse en la novedad, en la llegada de Balcerowski, Tillie y Tyson Pérez. Lo nuevo siempre vende, pero la realidad es que haber mantenido el bloque de 11 jugadores es un lujo. Ver cómo Kalinoski destrozaba a un equipo de Euroliga, cómo Yankuba Sima ha dado un paso adelante en dos notables partidos justo cuando se podía cuestionar su rol con la llegada de Balcerowski después de haber estado con fiebre durante esta semana, cómo Carter parece cada vez más cómodo en el puesto de base... Y esa sensación general de que hay ya un sólido edificio de varias plantas construido. Con ese espíritu se partió rumbo a Singapur, para conquistar la Intercontinental.
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