El viaje de Carlos Alocén, del Muelle Uno al Carpena

El base, uno de los hombres importantes de Fisac, brilló en la Minicopa de 2014 en Málaga y en unos días será unas de las principales amenazas del Unicaja

Carlos Alocén, colgado del aro tras hacer un mate.
Carlos Alocén, colgado del aro tras hacer un mate. / Acb Photo
Jesús María Noguera

09 de febrero 2020 - 20:13

Del Muelle Uno al Carpena hay pocos más de siete kilómetros, un trayecto que sirve bien para describir el viaje de Carlos Alocén. El joven, hoy de 19 años, disputó la Minicopa al lado del mar en 2014 y en unos días jugará su primera Copa del Rey también en Málaga. El de la generación del 2000 es una de las piezas fundamentales del Casademont ZaragozaCasademont Zaragoza, rival del Unicaja el viernes, y uno de los jugadores españoles con más proyección. Este verano fue plata en el Europeo sub 20 junto al cajista Ignacio Rosa. También está en los planes de Sergio Scariolo, con el que se convirtió en el cuarto debutante más precoz en las ventanas FIBA. Ya atado por el Real Madrid, muchos expertos aseguran que será el siguiente en cruzar el Atlántico e imbuirse en la NBA.

Impresionó en la capital de la Costa del Sol, tuvo un alto impacto. Fue el mejor base y sólo Tomas Balciunas, lituano que jugó esa Minicopa con el Real Madrid y luego pasó por el Betis, tuvo mejores números. 23.7 puntos, 3.3 rebotes, 5.3 asistencias y 4.7 faltas recibidas para 23 de valoración en un equipo que no pasó la fase de grupos. Ahí estaban otros que también llegaron como Jaime Fernández, ahora en el Barça, o Krejci, con minutos con Porfi Fisac. Ahora afronta un reto de mucha exigencia, con muchos ojos mirándole. Un talento innato con aún margen de mejora y al que le está sentando bien crecer al lado de Rodrigo San Miguel, curtido en mil y una batallas.

Los que le conocen destacan su buena mentalidad, el buen asesoramiento de su entorno (su padre Alberto jugó varios años en ACB) y la normalidad con la que ha vivido su desembarco en la élite. Hay detalles sintomáticos. Vive en casa de sus padres, va a entrenar en autobús (suele volver con Benzing porque residen cerca) e intenta compatibilizar el baloncesto con los estudios (está matriculado en Marketing a distancia y los exámenes le coinciden con la Copa). "Hay muchos días que sí y otros que no me conoce nadie", decía sobre sus viajes en transporte público en una entrevista de un número especial del Casademont en la revista Gigantes, mientras hablaba de su llegada al profesionalismo: "Debutar tan joven, teniendo esa presión añadida, es complicado. He tenido bastante suerte con la familia, con el entorno que tengo. Cuando pasé el primer equipo mantuve los pies en el suelo, no había que creerse nadie. Lo más importante es mantenerse".

Alocén hablaba sobre el proceso para asomarse a la élite. "Tuvimos mucha suerte con la entrada de Porfi el año pasado porque le encanta trabajar con jugadores jóvenes, es una de sus motivaciones. No nos vamos a engañar, igual con otro entrenador no hubiéramos tenido esos minutos y confianza. A Porfi le da igual cómo te llamas que si demuestras en los entrenamientos que quieres jugar y estás preparado él te va a poner", explicaba el joven, que profundizaba en su deseo de quedarse por encima de las ofertas de universidades americanas (la Gonzaga de Domas Sabonis estuvo muy interesada): "Quería desde el principio quedarme aquí. Buscaba jugar aquí y el club me dio la oportunidad. No es normal que a un chaval de 17 años le hagan ficha del primer equipo y que empiecen a contar contigo. Con el paso de los partidos cogí más confianza, Porfi me dio toda la libertad del mundo y al final todos contentos con la decisión tomada".

"Levantar un título en Zaragoza, siendo el capitán, sería algo muy especial que no se puede explicar con palabras. Ahora tenemos la Copa. Me encanta el ambiente que se genera y tengo muchas ganas de vivirlo por dentro", afirmaba el maño, que llegará el jueves a la Costa del Sol. Es la punta de lanza de una generación rojilla que aprieta por detrás y pone el contrapunto a los veteranos. Ya suenan nombres como Vit Krejci, Javier García o Josep Cera. Barreiro, ya más asentado, también forma parte de ese núcleo pujante. Es el viaje de Carlos Alocén, que maravillaba sobre el parqué en el Muelle Uno y ahora amenaza con hacerlo en las tablas del Carpena.

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