Will Thomas: "No lo olvidaré en el resto de mi vida, Málaga siempre será mi casa"

El americano reflexiona sobre lo vivido estos días en la capital: "No sabía el cariño que me tenía Málaga. Sé que jugué aquí cuatro años, gané varios campeonatos y jugué duro para defender a este equipo, pero este tipo de amor, esta increíble atmósfera que me mostraron, es increíble"

La leyenda regresó al Carpena

Will Thomas, la leyenda regresó a grito de "Will, Will". / Carlos Guerrero

El mimo por honrar la historia, la más ancestral y la reciente, del Unicaja ha sido una de las señas de identidad del mandato de Antonio Jesús López Nieto en la entidad cajista. Este fin de semana se ha vivido un episodio más con la figura de Will Thomas. Aquel jugador de 28 años que llegó por primera vez en 2014, con Joan Plaza en el banquillo, que se marchó rumbo a Valencia, que le puso un contratazo, en 2016 y regresó en 2022, ya con 36 años y tras pisar constantemente la Euroliga, para apadrinar este época dorada. Se ha palpado la ascendencia del jugador sobre el vestuario, era simbólico cómo Darío Brizuela, ahora en el Barcelona, se ponía en la foto de familia con los jugadores y el staff tras el homenaje antes del partido.

Y sí, cuidar el pasado, aunque sea reciente, habla bien de un club, de su señorío y de su dimensión. En un partido que generó atención. Puede ser incluso hasta sembrar de manera pragmática. Que en unos años un chaval cualquiera de Baltimore le interese al Unicaja, conozca y le pregunte a Will Thomas y éste le diga "No lo dudes, ve a Málaga". O que los propios jugadores que aún militan en la plantilla, sus compañeros, vean que merece la pena hacer una carrera en Málaga porque dejarán su huella para siempre.

"Gracias Unicaja por la oportunidad de ser homenajeado por los aficionados y la organización durante el partido de la semana pasada. Fue una experiencia increíble que recordaré por el resto de mi vida. Málaga siempre será mi casa", decía a modo de despedida Will Thomas en las redes sociales tras vivir días muy bonitos al lado de sus compañeros.

Antes, recién producido el homenaje, se confesaba en Movistar. "Estoy sobrepasado por la situación. No sabía el cariño que me tenía Málaga. Sé que jugué aquí cuatro años, gané varios campeonatos y jugué duro para defender a este equipo, pero este tipo de amor, esta increíble atmósfera que me mostraron, es increíble", decía Thomas, que era cuestionado por si echaba de menos jugar y decía que no, que con 38 años ya había exhibido cumplido las expectativas: "No, no lo echo de menos jugar. Sí estar rodeado de ellos, convivir con ellos, es un grupo especial. Los echo de menos, pero no el hecho de jugar".

Y una última reflexión sobre el cariño recibido. "Esta es una de las mejores aficiones del mundo. Este club me dio la oportunidad de competir por primera vez en la Euroliga, en la ACB. Siempre les estaré agradecido porque me permitieron mostrar mi talento y mis habilidades al más alto nivel", concluía.

El precio puede ser un viaje en avión desde Baltimore y algunas noches de hotel, cantidad insignificante en el presupuesto de un club para lo que se pudo vivir en esos minutos con la afición. Llegó dos horas antes, se hizo fotos y firmó autógrafos a quien quiso en la Fan Zone, mostró su lado más amable que escondía bajo el aspecto de tipo duro que marcó una línea de trabajo diario y de salvaje competitividad sobre la pista. Es el legado de Will Thomas en Málaga.

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