Yankuba Sima sube la apuesta
El pívot impulsa su nivel tras el fichaje de Balcerowski y refuerza su condición en la plantilla, teóricamente tocada con la llegada del polaco
Una era de esplendor tras el Heroes y el Patrioti
El fichaje de Olek Balcerowski, llamado a ser un jugador estructural del futuro Unicaja, ha suscitado el mejor nivel de Yankuba Sima, iluminado en las últimas semanas. El MVP parcial en la pretemporada del Unicaja, con el Costa del Sol y la Intercontinental. Quedaba debilitado el rol del gerundense, el patito feo, con la llegada de Balcerowski, el overbooking interior y una competencia durísima, además de Kravish, al que por ahora arranca las pegatinas en esa carrera de los cincos. Sus errores son más atronadores que sus aciertos, invisibles estos; Sima es de esos jugadores que necesita hacer más cosas que otros para recibir la aceptación. Su falta de contundencia (si la tuviera, no estaría en Málaga) le persigue, el sambenito colgado es ineludible, pero el gerundense es etiqueta negra en varios apartados del juego, y su constante mejoría tampoco se discute, o no debería. Habrán leído mucho de Osetkowski, el MVP de la Intercontinental, algo de Kalinoski (otro jugador infravalorado), otra porción del pastel para Perry, la bocachanclería de Toscano; pero el mejor jugador de la final fue Sima (13 puntos, 6 rebotes y 17 de valoración), que eleva la apuesta y pone más complicaciones a Ibon Navarro.
Fue una sorpresa agradable en el Costa del Sol, ante dos equipos de Euroliga, por lo que no vale esa excusa, o la coletilla fácil, del poco nivel de los rivales en Singapur. 10 puntos, 4 rebotes y 12 de valoración ante Mónaco y 15-5-18 frente al Baskonia, aunque su trabajo no se circunscribe en números; es un jugador sobre el que pivota la fluidez del equipo, sobre todo atrás, por su inteligencia y una agilidad poco común para alguien de su tamaño, y delante resuelve con más eficacia. Y seguro que algo escamado, porque el jugador dudó en junio cuando se daba por hecho el fichaje de Balcerowski y cómo iba a quedar su hueco. Como insinuó Juanma Rodríguez días atrás, se ha tenido que hablar mucho con él en las últimas semanas. Algún ruido externo por ahí a lo lejos. El presidente del Lleida aseguraba recientemente que se intentó fichar a Sima, más distracciones para dejarse ir, pero el jugador ha canalizado todo eso, elogiable por otra parte. "Sabemos que contamos con ese vestuario, también que con el tiempo, la rutina, el hecho de lleva tiempo juntos, podría indicar que a lo mejor hubiera cierto acomodo. Pues ahora, con 14 jugadores, se eleva la competitividad de la plantilla. Y quien quiera jugar tendrá que demostrarlo. Esto es muy beneficioso para el equipo. Los jugadores quieren ganar, los entrenadores y el staff, el tener las mejores armas. Con esta plantilla estamos dando a un aviso de que va a ser muy difícil jugar. Hay que estar muy concentrado, vamos a tener una exigencia alta por dónde venimos los últimos años", explicaba Juanma Rodríguez. Sima lo está demostrando.
A su favor, el año y medio que acumula en Málaga, la confianza de Ibon Navarro, que incluso en una comparecencia reciente le daba cariño. "Yankuba nos da alguna cosa diferente", dijo el vitoriano tras ese triunfo aún fresco ante el Baskonia. El Unicaja renovó a Sima por dos temporadas más, cierto que adquirió relevancia con la primera negativa de Balcerowski, alguna mala comunicación ensució el asunto pero el club siempre consideró a Sima parte del patrimonio, por ser cupo, edad y su crecimiento desde que fichó por el Unicaja. Se le ve como un jugador en progresión.
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