Yannick Nzosa, del flechazo con la FEB a debutar con el Congo
El pívot, encontrando continuidad en Fuenlabrada, se estrenó con su selección en la Ventana
La intrigante actuación de Moller
Málaga/Participó otro activo del Unicaja en la ya finalizada Ventana de noviembre: Yannick Nzosa. El pívot, con 21 años recién cumplidos, debutó con la República Democrática del Congo, su país de origen, en el clasificatorio para el Afrobasket. Desde el Unicaja se monitoriza la progresión del congoleño, encontrando un encaje interesante en Fuenlabrada, aspirante al ascenso a ACB. 7-1 ha arrancado el equipo madrileño en Primera FEB, sitio con buena cultura de baloncesto y en un ecosistema íntimo, apartado de un ruido que puede alterar ese crecimiento del jugador, sí con unas exigencias competitivas pero una presión reducida. Casi 17 minutos por partido, donde promedia 5,1 puntos; 3,8 rebotes y 5,3 de valoración. Ha jugado los ocho partidos, sin problemas físicos, y mantiene ese ritmo en este corte de noviembre, aún en proceso de despegue. Tres partidos completó Nzosa en esta Ventana, con especial participación en el último. En la victoria del Congo ante Sudán del Sur (69-76), el pívot aportó 8 puntos, 7 rebotes y 14 de valoración en casi 26 minutos. Señales que llegan a Los Guindos, todavía con contrato hasta 2026. "Creo que estaba listo para este partido. No pensé que iba a ser titular, pero estoy muy feliz de estar aquí por primera vez con el equipo. Estoy muy orgulloso de representar a mi país. Dimos todo lo que teníamos, tanto en el banquillo como en el campo. El entrenador me dio la oportunidad de empezar el partido y la aproveché haciendo todos los esfuerzos posibles para que el equipo ganara el partido", dijo Nzosa tras el triunfo del Congo.
Esta alternativa del Congo retrotrae a lo que pudo ser el camino de Nzosa. La FEB, junto con el Unicaja, empezó a mover los trámites en 2020 para nacionalizar al africano, coincidiendo con su irrupción en Málaga. Nzosa iba camino de los 17 años y se le vislumbraba un futuro tremendo, pero esos trámites burocráticos no terminaron de acelerarse, coincidiendo con un mal timing y cambios de normativas en la FIBA, que se volvió más estricta en los papeleos en los jóvenes. Fueron unos meses de confusión, de estancamiento porque se trabajó en esa nacionalización vía carta de naturaleza, la misma que se otorgó a Serge Ibaka o Nikola Mirotic, o recientemente con Lorenzo Brown, en 2022, sin ningún tipo de vínculo previo del americano con España. La carrera de Nzosa se ralentizó a partir de esa temporada 21/22 y también pudo influir a que la FEB desactivara todos los trámites, pero era un proyecto claro de selección, un jugador generacional. En el contexto actual, donde se insiste en esa transición, viene la reflexión de dónde estaría Nzosa si se hubiese cumplido ese crecimiento que se atisbaba. Actualmente, recuerda su caso al de Eli Ndiaye, pívot del Real Madrid, quien espera cumplir los 21 años (lo hará en junio), así lo exige la normativa, para debutar con la selección española. Aunque a Ndiaye sí se le entregó esa carta de naturaleza en 2020. Scariolo lo espera con deseo, como en su momento con el jugador cajista.
Ya eligió Nzosa debutar con el Congo, por lo que esas puertas con España se cierran. Tiene 21 años, su carrera está en esa fase de aprovechar la oportunidad de Fuenlabrada para establecerse en la élite. No supo canalizar las expectativas, aunque en el Unicaja se le considera aún recuperable. Tiene que avanzar en las mayorías parcelas de su juego, está en ese camino. Parece, aún con la boca pequeña, que puede ser el resurgimiento del africano, un antiguo deseo de la FEB.
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