Unas 300.000 personas disfrutan de las acrobacias del Festival Aéreo de Torre del Mar

La playa está abarrotada, y no cabe un alfiler en la arena mientras miles de personas disfrutan de este espectáculo que ya se ha convertido en una cita obligada para los amantes de la aviación

El evento ha arrancado con una impresionante Demo de Rescate y Socorrismo, seguida por la Patrulla Papea, el Real Aeroclub de Sevilla, el helicóptero del Cuerpo Nacional de Policía y los paramotores

Programación del Festival Aéreo de Torre del Mar: horario de todas las actividades

Una de las imágenes del Festival Aéreo
Una de las imágenes del Festival Aéreo / Carlos Guerrero

Acrobacias en el aire con figuras que desafían la física; maniobras de altos vuelos que parecen imposibles... Bello espectáculo del que pudieron disfrutar este domingo miles de personas en la novena edición del Festival Aéreo de Torre del Mar. El evento alcanzó este año una asistencia sin precedentes, estimada en unos 300.000 espectadores, gracias a que el tiempo dio una tregua tras el sábado pasado por agua. Algunos de los presentes llegaron a temer la cancelación del evento debido a las lluvias, pero a medida que las nubes se disipaban y daban paso a un cielo despejado, la esperanza de los asistentes crecía con más fuerza. La playa está abarrotada, y no cabe un alfiler en la arena mientras miles de personas disfrutan de este espectáculo que ya se ha convertido en una cita obligada para los amantes de la aviación. Los chiringuitos están llenos hasta la bandera, con turistas y locales disfrutando de la comida, la bebida y el ambiente que se respira a lo largo de la costa.

El desfile aéreo ha comenzado oficialmente a las 11:50 y, hasta las 15:30, ofrecerá una serie continua de espectáculos aéreos, con cada exhibición durando entre 10 y 20 minutos. El evento ha arrancado con una impresionante Demo de Rescate y Socorrismo, seguida por la Patrulla Papea, el Real Aeroclub de Sevilla, el helicóptero del Cuerpo Nacional de Policía y los paramotores. También participan el helicóptero y el King Air de la Guardia Civil, el Canadair y el autogiro de Ela Aviación. Los pilotos Camilo Benito y Juan Velarde, con sus deslumbrantes acrobacias, precederán al clásico Saeta. El F/A 18 Hornet y el Team Raven llevarán la emoción al límite, antes de que la ya emblemática Patrulla Aspa y el imponente Eurofighter cierren el espectáculo con un espectacular broche final.

La Demo de Rescate y Socorrismo dio el pistoletazo de salida del festival con una exhibición que dejó a todos boquiabiertos: dos demostraciones de rescate con perros que no solo sorprendieron, sino que marcaron un antes y un después en la seguridad acuática. La Unidad Canina de Rescate y Emergencias, un proyecto pionero en Andalucía inaugurado en Vélez-Málaga, desplegó a sus héroes de cuatro patas, especializados en vigilancia y rescate en el litoral. El asombro se apoderó del público cuando los perros, con una fuerza impresionante, lograron arrastrar una embarcación de 2.500 kilos hasta la orilla. Entre aplausos y miradas incrédulas, quedó claro que estos animales no solo robaron el espectáculo, sino que redefinieron lo que significa ser un salvavidas en el mar.

Acto seguido, la Patrulla Papea ha deslumbrado con dos pasadas, desplegando seis paracaidistas que realizaron maniobras y acrobacias desde una altitud de 2.000 metros. En caída libre, alcanzaron velocidades de hasta 250 km/h, manteniendo al público completamente cautivado con cada movimiento. Las estelas de humo en el cielo despejado añadieron un toque visual espectacular, mientras que los paracaídas, con sus colores de la bandera española, ondeaban con orgullo durante el descenso. Fundada como una de las primeras patrullas del Ejército del Aire, la Patrulla Papea reafirmó su estatus como un icono de precisión y habilidad en el aire, ganándose el reconocimiento de sus paracaidistas como los "hombres pájaro".

Pero el cielo de Torre del Mar tenía mucho más reservado para sus espectadores. El Real Aeroclub de Sevilla, con sus tres aviones en paralelo, cautivó con una exhibición precisa y meticulosamente coreografiada. Los espectadores siguieron cada maniobra con atención, asombrados por la coordinación en las alturas. Los pilotos, con sus avionetas de 160 caballos de fuerza, trazaron patrones en el cielo con la misma delicadeza de un pincel sobre un lienzo. El acto finalizó con una elegante despedida, cuando los aviones se dispersaron en diferentes direcciones, dejando en el aire un suspiro de admiración.

El helicóptero del Cuerpo Nacional de Policía no se quedó atrás, deslizándose sobre el mar con maniobras que parecían dibujar trazos invisibles en el aire. Su exhibición culminó con un giro magistral a baja altura, levantando el agua del mar en un círculo perfecto que dejó al público encantado. Los más pequeños no paraban de aplaudir mientras los adultos intercambiaban miradas de asombro.

César Canudas, el maestro de los paramotores, realizó un espectáculo inolvidable que fusionaba técnica y arte. Mientras "A sky full of stars" de Coldplay resonaba en el ambiente, los paramotores se alinearon, ascendiendo y descendiendo en perfecta sincronización, dejando a la audiencia atónita con sus giros y acrobacias en formación. Canudas, conocido por su innovación, ejecutó maniobras únicas, como el roll-over y el D-Bag, desafiando las leyes de la gravedad con elegancia.

La intensidad fue subiendo con el imponente helicóptero de la Guardia Civil, cuya presencia en el cielo hizo vibrar a la multitud. Pero el verdadero clímax llegó con la entrada del King Air de la Guardia Civil, cuyo cruce a toda velocidad con el helicóptero marcó un espectáculo de destreza en el aire. El público observaba boquiabierto cómo estas dos poderosas máquinas se entrelazaban, en un despliegue de precisión militar que dejó una impresión duradera.

El siguiente protagonista fue el Canadair, el avión de extinción de incendios, que dejó a todos al borde de sus asientos con una actuación cargada de tensión. Su maniobra de recoger agua del mar para soltarla poco después en una impresionante descarga simulada, recordó la importancia vital de estas aeronaves en la lucha contra incendios, especialmente en los veranos calurosos de la Costa del Sol.

Asimismo, el Ela Aviación Autogiro entró en escena como una ráfaga de energía, realizando giros vertiginosos y acrobacias osadas que elevaron aún más la emoción. Los aplausos no cesaron mientras el autogiro se movía con una agilidad increíble en el cielo.

A medida que el festival avanzaba, las exhibiciones fueron volviéndose aún más arriesgadas y emocionantes. Los reconocidos pilotos Camilo Benito y Juan Velarde mostraron por qué son dos de los mejores en la aviación acrobática. Las maniobras de Benito, con sus giros de 360 grados, arrancaron gritos de asombro del público, mientras Velarde, con su estilo vertiginoso, mantuvo a todos al borde de sus asientos.

Posteriormente, el clásico Saeta, un avión de entrenamiento que evoca nostalgia, surcó el cielo con su característico zumbido de los años 50, alcanzando los 870 km/h. Y luego, como si de una película de ciencia ficción se tratara, el F/A-18 Hornet rugió a 1.200 km/h, sorprendiendo a todos con un vuelo invertido que parecía desafiar la lógica.

Team Raven, con sus seis aeronaves, llenó el cielo de Torre del Mar con loopings perfectamente coordinados. La gente apenas sabía hacia dónde mirar mientras los aviones se dispersaban, formando un corazón gigante en el aire que arrancó sonrisas y suspiros de admiración.

Finalmente, la Patrulla Aspa, con sus helicópteros, brindó una actuación digna de su renombre, cruzándose en el aire y pintando el cielo con los colores de la bandera española. Y cuando todos pensaban que el espectáculo había alcanzado su clímax, el Eurofighter apareció, dejando un rugido ensordecedor a su paso. Su velocidad de 2.400 km/h y su ascenso casi vertical fueron la despedida perfecta para un festival que quedará grabado en la memoria de todos los presentes.

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