Juan Ortega y Roca Rey abren la puerta grande de Ronda en la LXV edición de la Corrida Goyesca

Morante de la Puebla dejó retales de su torería en una tarde en la que los toros destacaron por su poca fuerza

El diestro Juan Ortega con el segundo toro en la corrida Goyesca que se ha celebrado hoy sábado en la plaza de toros de Ronda.
El diestro Juan Ortega con el segundo toro en la corrida Goyesca que se ha celebrado hoy sábado en la plaza de toros de Ronda. / Daniel Pérez/Efe
Marta Jiménez

03 de septiembre 2022 - 21:52

PLAZA DE TOROS DE LA REAL MAESTRANZA DE RONDA

Ganadería: Seis toros de Jandilla de desigual presentación y escaso juego. Fue devuelto el cuarto de la tarde. TOREROS: Morante de la Puebla, de azabache y adornos de rejilla en blanco, palmas y silencio. Juan Ortega, con chaquetilla espuma de mar y pasamanería azabache y taleguilla blanca, palmas y dos orejas. Roca Rey, de magenta y pasamanería negra, dos orejas y palmas. INCIDENCIAS: Casi lleno en la plaza de toros de la Real Maestranza de Ronda. Se desmonteraron Viruta y Paquito Algaba, de la cuadrilla de Roca Rey, tras parear al quinto.

Tarde de triunfo, como suele ser habitual en la Corrida Goyesca de Ronda. El sevillano Juan Ortega y el peruano Andrés Roca Rey salieron a hombros del coso maestrante en una tarde en la que la poca fuerza de los toros deslucieron mucho.

Por toreros, el segundo de la tarde fue recibido por Juan Ortega con una verónica de una plasticidad pasmosa. Belleza aumentada gracias al precioso terno que lucía el sevillano. El toro parecía que llegaba justo a la faena así que tras el puyazo pidió rápidamente el cambio con la esperanza de que le durara.

Brindó al público la muerte de su primero con el que poco pudo hacer. La poquita chispa aún mantendrá la fue perdiendo en banderillas para llegar a la faena a penas inservible. De hecho, le costó mucho esfuerzo por hilar alguna serie y las que hiló, como al toro le faltaba transmisión pues se quedaban en la mitad. Algo le vería. Pero en el momento que empezó a crear peligro, Ortega se fue a por el estoque. Media estocada tendida que degolló y palmas para el diestro.

El diestro Roca Rey con el tercer toro de la tarde, al que cortó las dos orejas, en la corrida Goyesca que se ha celebrado hoy sábado en la plaza de toros de Ronda.
El diestro Roca Rey con el tercer toro de la tarde, al que cortó las dos orejas, en la corrida Goyesca que se ha celebrado hoy sábado en la plaza de toros de Ronda. / Daniel Pérez/Efe

Las primeras verónicas de Juan Ortega ante el quinto de la tarde fueron de una tremenda belleza pero hasta ahí duró el toro. Incluso le creó peligro en algún momento y perdía las manos. Al torero le costaba que embistiera, a los banderilleros que se arrancara y al público le costaba entrar en una faena que no prendía por culpa del toro.

Aún así, después de banderillas, el toro le fue sirviendo algo más. Su oponente cambió de actitud y aun con su falta de fuerza y su embestida no limpia del todo, acabó ganando la determinación del sevillano. Dejó pases espectaculares por ambos pitones, gustándose muchísimo y con una despaciosidad que era enteramente un cuadro. Un cuadro de Goya, si duda.

El diestro Morante de la Puebla durante el primer toro en la corrida Goyesca.
El diestro Morante de la Puebla durante el primer toro en la corrida Goyesca. / Daniel Pérez/Efe

Lástima el pinchazo con la espada y lástima que la buena estocada del segundo intento no hubiera salido a la primera. Dos orejas, muy muy cariñosas para Juan Ortega.

Por su parte, Roca Rey se fue llevando a los medios al tercero de la tarde. Brindó Andrés Roca Rey la muerte del tercero de la tarde al púbico maestrante. Fue de menos a más, haciéndose poco a poco con el toro. Es tal su capacidad que consiguió hilar tandas a un toro que parecía que no guardaba en su interior para el lucimiento. También por el pitón izquierdo y con mucho temple, porque el tampoco estaba sobrado de fuerza, ligó varias series. Quedó claro que el peruano es muy querido y que la afición le adora. Más allá de que los tendidos rondeños nunca han sido muy exigentes, más bien lo contrario. Pero vaya por delante la gran actuación del limeño.

Una vez que ya le cogió el aire al toro y se acopló del todo con él pues empezó la traca final. Además, con el valor de Roca que es inmenso. Un valor sin techo y eso, queridos lectores, es clave.

Santiago Abascal, presidente de Vox (5i) junto al empresario y torero, Francisco Rivera (6i), entre otras autoridades.
Santiago Abascal, presidente de Vox (5i) junto al empresario y torero, Francisco Rivera (6i), entre otras autoridades. / Daniel Pérez/Efe

El público se puso en pie ovacionando a Roca Rey que se fue a por los aceros con el esportón medio lleno sin ni siquiera matar. Cayó la espada tendida y algo caída, pero al público le dio igual. Florecieron los pañuelos en los tendidos y dos pañuelos blancos cayeron por el palco presidencial. Ya en su primero, Roca Rey abrió la puerta grande de la plaza de toros de Ronda.

Al sexto de la tarde lo templó en el tercio para llevárselo a los medios con una serie muy templada de verónicas y chicuelinas.

Brindó la muerte del toro a las damas goyescas. Comenzó la faena por estatuarios para luego ir enroscándoselo a pesar de que este también perdía las manos. Lo llevó a los medios y le fue sacando tandas poco a poco pero es que las cualidades del toro deslucían mucho. Fue una faena de mucho mando e inteligencia.

Abría cartel Morante de la Puebla, al que le había tocado 'Payaso' como el primero de su lote. Intentó Morante templarlo en el tercio hasta que lo consiguió por verónicas. Quite por chicuelinas. Muy inteligente ya que el toro perdió las manos y mostró ciertas debilidades. Cuando Morante coge el capote hay posibilidades, muchas, de que algo bonito pase. Y eso ocurrió con ese quite, en el que hubo dos chicuelinas de gran belleza.

Brindó la muerte de su primer toro a Rafael de Paula, que años atrás fuera su apoderado, y que estaba expectante en el callejón de la plaza a que ver la faena. Faena que empezó por ayudados por alto para seguir a mierda altura. Lógico, no podía someter demasiado al de Jandilla- Vegahermosa porque sabia que iba a deslucir.

Lo probó el de La Puebla del Río por el pitón derecho pero la debilidad física del animal era evidente así que poco podía hacer. Por el pitón izquierdo más de lo mismo. O pero aún porque 'Payaso' no quería saber nada por ahí. O cabeceaba, o no iba o perdía las manos O las tres cosas. Le costaba Dios y ayuda sacarle una tanda y como en el 'código de honor' del cigarrero está en letras de oro abreviar si la cosa no pinta bien pues se fue por el estoque definitivo.

Pinchazo y media estocada efectiva, porque dada la poca raza del animal no tardó en caer. Palmas a la voluntad del sevillano.

Su segundo duró en el ruedo aproximadamente 5 minutos. Por inválido se le sacó el pañuelo verde y Morante lo estoqueó. Al segundo (bis) lo lanceó con un ramillete de verónicas de correcta firma.

Ya en la faena anduvo probándolo en el tercio y como vio que no, pues nada, a matar. Primero un pinchazo, luego otro...O lo que es lo mismo, un abucheo, luego otro, y así sucesivamente. Las broncas son también una forma de consumar el morantismo porque el morantismo también sabe lo que es tocar la gloria con esas muñecas que Dios le dio al cigarrero. El toro cayó tras un sainete. Silencio para Morante

MATINAL

El sábado taurino en la plaza de toros de la Real Maestranza de Ronda empezó con la XL edición de la corrida rondeña de rejones, en la que Guillermo Hermoso de Mendoza se alzó triunfador al salir a hombros tras cortar tres orejas ante reses de Fermín Bohórquez de desigual presentación y escaso juego. El navarro hizo gala de mucha capacidad lidiadora.

Pablo Hermoso de Mendoza, como lleva haciendo mucho tiempo, tiró de maestría. Domina los caballos como pocos y tiene un concepto dele espectáculo que le hace 'cumplir' sus compromisos con triunfo sin grandes esfuerzo. Le cortó una oreja a su primero y escuchó palmas en el cuarto. Le a Vicens tuvo lo mismos trofeos. Oreja en su primero y palmas en el quinto.

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