Ruta de Villanueva de Tapia a Villanueva de Algaidas: de villanueva a villanueva y tiro...
Redescubriendo la provincia
La etapa 14 de la Gran Senda de Málaga conecta estas dos localidades bordeando la sierra del Pedroso
Cuatro horas entre vegetación mediterránea de encinas, coscojas, lentisco, retamas y acebuches
La ruta entre Villanueva de Tapia y Villanueva de Algaidas es una senda del interior de la provincia que corresponde a la etapa 14 de la Gran Senda de Málaga. No es un camino especialmente complicado, sino que se desarrolla casi en línea recta, aunque cuenta con un desnivel de descenso acumulado de consideración, pero no supone un escollo de importancia.
Vamos, que si caminamos a buen ritmo completaremos sus cerca de 17 kilómetros en poco más de cuatro horas y disfrutaremos de un extenso mar de olivos, amén de numerosa vegetación mediterránea, hasta alcanzar a Villanueva de Algaidas y disfrutar de su iglesia rupestre excavada en arenisca junto al convento franciscano.
Ficha
Ruta: lineal.
Inicio: Villanueva de Tapia.
Meta: Villanueva de Algaidas.
Distancia: 17 kilómetros aprox.
Dificultad: media.
Tiempo: 4 horas.
Pero también disfrutaremos de un paisaje marcado por la sierra del Pedroso, una auténtica isla elevada en el entorno con un alto promontorio de 1.024 metros de cota máxima. Y entre el mar de olivos, esta mole se suma al arroyo del Bebedero, un camino fluvial que mantiene una rica vegetación con sus limpias aguas.
Este arroyo es muy importante para la Gran Senda de Málaga porque es también protagonista del inicio y el final de la etapa 15 de la senda de Villanueva de Algaidas a Cuevas Bajas de la que ya hicimos una reseña por estos lares.
En cuanto a esta etapa 14, une los dos pueblos en una línea recta de este a oeste que se ve interrumpida en su mitad en dirección sur y que más adelante se rectifica por el arroyo del Bebedero.
Pero comencemos que nos dan las uvas: el inicio de la ruta parte de un ascenso desde Villanueva de Tapia, por la llamada colada del Entredicho, superando una fuerte pendiente entre olivares. Al principio el sendero esquiva la sierra del Pedroso, que se deja siempre al sur y que supone el colector y dosificador del agua de los arroyos que tienen en este accidente geográfico su cabecera.
Traspasamos un grupo de ruinas conocidas como Los Curros y enseguida se llega a la casilla de la Sierra. Esta cortijada abandonada está situada en un lugar estratégico con buenas vistas a la Nava y las laderas de umbría de la sierra del Pedroso. Aquí hay un encinar joven con numerosas coscojas: un lugar que nos recuerda, entre olivos, el bosque que debió cubrir esta zona hace siglos, antes de que el terreno se dedicara a la agricultura.
De hecho, las encinas que llegan desde la sierra hasta el camino son ejemplares pequeños, pero las metidas entre los olivares son de gran tamaño, lo que las sitúa como testigos de pasados esplendores. Además, la arboleda natural ocupa los fondos de barrancos, linderos, taludes, roquedos y pendientes.
Seguimos y observamos que la esquina norte de la sierra está ocupada por otra cortijada: el cortijo de las Morenas, en el comienzo del barranco del Infierno. Este barranco, desde el camino, ofrece un aspecto agreste, con densa vegetación. Luego su cauce recibe un aporte y se dirige hacia Villanueva de Algaidas junto a la carretera más corta que la une con Villanueva de Tapia.
A pocos metros del cortijo se realiza el requiebro que hacia el sur que comentamos al principio. A partir de aquí, ya por el municipio de Villanueva de Algaidas, el olivo se convierte en monocultivo y el camino se ve escoltado por numerosas casas y cortijos.
Así, al lado del carril, se suceden, el cortijo de los Cascabeles y el de los Isabelicos; más adelante, junto al cruce a Villarto están la Casa Blanca, el cortijo Aranda, el de Moreno y la Casilla. Después de dejar estas casa atrás, se comienza a descender hacia la zona de Rebollo, al fondo del valle.
Una de las características de esta ruta es la gran diversidad de paisajes: ahora acompaña al sendero una densa vegetación natural de encinar con quejigos al tiempo que sigue al arroyo del Bebedero. Es un buen tramo en el que se marcha al lado del cauce.
El arroyo surge del flanco oeste del Pedroso y realiza una amplia curva para encontrarse con la Gran Senda de Málaga. Continúa y alcanza el Molino Pozo y otras construcciones, todas en ruinas. El tramo que se recorre junto al arroyo del Bebedero presenta una rica vegetación de ribera. Hay bastantes fresnos, saos, olmos y chopos en los márgenes, habiendo un buen encinar en las laderas de Rondán.
Esta zona, más cerrada, se conoce como Rondán y Malabrigo, pero cuando el valle se ensancha aparecen nuevas casas: la de los Mateos, el Castillo de los Peláez y el Ventorro de lo del Prieto, cada vez más separadas del cauce, hasta que se llega al Albaicín.
Tras salvar un pequeño puerto con los perfiles agrestes del cerro de la Peña enfrente, se pasa por encima del arroyo del Bebedero. Así, un poco después de pasar el sendero por el puente sobre el arroyo, este se une al mencionado barranco o garganta del Infierno y entran juntos en el pueblo, separando el núcleo de población de la Atalaya, al norte.
Y fin: un nuevo giro y se ven ya perfectamente los dos núcleos de población de Villanueva de Algaidas, abajo en el valle encajonado del recién formado arroyo Burriana, cerca del cual se pone fin a la etapa 14 de la Gran Senda de Málaga.
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