15 cuevas de Málaga donde escapar de uno mismo
Redescubriendo la provincia
Cavernas amplias y espacios angostos cargados de historias
Como ermitaños de antaño
Suponemos que a todos nos pasa alguna vez. Como el pobre Sméagol cuando entró reptando en una cueva para tratar de escapar de su realidad, en ocasiones cada cual querría esconderse en un hoyo para huir, principalmente, de uno mismo.
Sin embargo, como bien sabemos, eso no sirve para nada. ¿Para nada? Bueno, podemos aprovechar el impulso para descubrir algunas de las cuevas que la provincia de Málaga incluye en su complicada orografía.
Como en el resto de cosas de esta vida, las hay de todo tipo: abiertas, grandes y visitables; estrechas, angostas, llenas de agua, de bichos, de oscuridad, de silencio y olvido... Algunas esconden secretos, leyendas e historias para no dormir. Otras, por su parte, se han convertido en un reclamo turístico que definen el día a día del lugar donde se introducen en la tierra.
Las cuevas han sido refugio de la humanidad desde hace millones de años. Aun hoy lo siguen siendo en no pocas zonas del mundo. Salimos de un agujero, vivimos en agujeros y acabamos en un agujero, el último. Entonces, ¿por qué no visitar cuantos más mejor?
Eso sí, antes de acudir a visitar alguna de estas cavernas recomendamos dos cosas. La primera, que nos aseguremos que la pandemia nos permite hacerlo y que las restricciones sanitarias no han modificado la posibilidad de entrar en ellas.
Y dos, que veamos algunas películas como La cueva (2014) de Alfredo Montero, The underneath (2013) o The descent (2005) del realizador Neil Marshall.
Cuevas del Alcaide, Antequera
Las cuevas del Alcaide de Antequera integran una necrópolis formada por una veintena de tumbas subterráneas.
Este espacio tuvo un amplio uso entre la Edad del Cobre y finales de la Edad del Bronce, lo que evidencia el alto valor simbólico que debió tener este cementerio para las comunidades de finales de la Prehistoria.
Este yacimiento fue declarado Bien de Interés Cultural en 1996 y se sitúa en la ladera oriental de la Loma del Viento, dentro de los terrenos conocidos como Cortijo de Alcaide, en Antequera y a tres kilómetros de Villanueva de Algaidas.
También son de interés la cueva de la Sierra de Arcas, y la de El Pedroso.
Cuevas de Mollina
En Mollina existen un total de 32 cuevas repartidas por todo el municipio, lamentablemente de difícil acceso y en su mayoría privadas.
Sin embargo, son de gran interés para los amantes de la espeleología o como atractivo turístico.
La proliferación de estas cuevas se debe a que la sierra de Mollina pertenece a un conjunto de afloramientos de la cordillera Subbética del que también forman parte la sierra de Humilladero, la sierra de los Caballos y la sierra de Estepa.
Algunas de estas cuevas son la del Almirez, de la Rosa Chica, de los Órganos o la de la Gitana.
Son todas muy diversas. La cueva de los Órganos, por ejemplo, consta de dos entradas. La más grande está oculta por un árbol, y la de menor tamaño se abre en la misma roca madre, a ras de suelo.
Posteriormente, ambas entradas se unen, continuando por una galería descendente hasta llegar a una gran sala donde un conjunto de cornisas colgadas y gateras forman un pequeño laberinto.
Cuevas del Albaicín, Alhaurín de la Torre
No sólo Granada cuenta con cuevas del Albaicín, sino que en el corazón de Alhaurín de la Torre se esconden estas formas subterráneas originadas por el agua corriente.
Formadas en el siglo XII, sirvieron de refugio a los habitantes que llegaron a la zona después de la conquista de Málaga en 1487, dando forma al actual Barrio Viejo.
Son cuevas que están en el interior de trece viviendas. Estas casas presenta unas características comunes al contar con un patio interior que distribuye los accesos a la vivienda y a la cueva.
Estas cuevas durante siglos han tenido distintas utilidades: establos, trasteros, almacenes..., por lo que casi todas ellas se encuentran totalmente integradas en la vivienda con un simple revestimiento de cal y losetas.
Cueva de la Picardía, Antequera
La cueva de la Picardía de Antequera se encuentra en el paraje de El Torcal. Recibe este nombre de forma por tradición local ya que se cuenta que era el lugar elegido para que los adúlteros dieran rienda suelta a su frenesí.
En esta cueva hay yacimientos arqueológicos que datan desde el periodo neolítico y su entrada se puede hacer por dos accesos que están comunicados entre sí.
Estos desembocan en el mismo punto llegando a una pequeña sala que da acceso a otra gran sala, donde hay un derrumbe que deja entrar la luz del exterior.
Cueva del Toro, Antequera
También en El Torcal de Antequera, encontramos la cueva de El Toro.
El acceso a la cueva está restringido: para poder conocerla es necesario contactar con el centro de visitantes del Torcal de Antequera, que, habitualmente, organiza visitas guiadas al interior de esta cavidad habitada en el Neolítico.
Esta cavidad es desde 2016 Bien de Interés Cultural ya que se ha demostrado que la gruta fue habitada hace ya siete mil años, como atestigua uno de los hallazgos encontrados allí, la conocida como la 'Venus del Torcal', una pequeña talla en piedra que recuerda al emblema de este espacio protegido, el Tornillo, uno de los primeros monumentos naturales de Andalucía.
Cueva del Agua, Archidona
En Archidona se ubica el paraje de Huertas el Rio y Lomas el Yesar. Y en él encontramos la cueva del Agua, una cavidad excavada en yesos que tiene una red activa por donde circula el agua, que termina en un sifón, y una red fósil por donde ya no transcurre el agua.
Dentro de la cueva es fácil encontrar numerosas formaciones propias de este tipo de cavidades y huellas de escorrentía, además de cantos incrustados en la pared de minerales pesados.
En su interior existe una gran colonia de murciélagos por lo que se desaconseja perturbarlos en época de hibernación y crías. Y, sobre todo, se desaconseja que entren los que tienen un pánico atroz a que un murciélago se le enrede en el pelo.
Nosotros, por nuestra parte, hace tiempo reseñamos una ruta para poder visitar la cueva del Agua.
Cueva de Las Palomas, Teba
La cueva de Las Palomas es la cueva más importante de cuantas hay en el Tajo del Molino o del río de la Venta, en Teba.
Compone un sistema subterráneo que albergó refugios de comunidades prehistóricas, pintura rupestres pertenecientes a la Edad del Cobre con motivos funerarios.
De fácil acceso a pie, tienen una boca de entrada en lo alto del farallón rocoso. Aunque todavía forma parte de un proceso de estudios y excavaciones.
Un proceso de recuperación lento, después de muchos años de abandono, para proteger el yacimiento.
Cueva del Gato, Benaoján
Decían que en la cueva del Gato de Benaoján se escondía un basilisco.
Sea animal mitológico, bandolero o contrabandista, esta cueva ha desempeñado siempre un papel protagonista en la vida y los mitos de la zona.
Con sus más de diez kilómetros y sus diez recorridos diferentes estamos en uno de los sistemas espeleológicos más complejos de la comunidad: es por ello que es un Monumento Natural de Andalucía.
Hace ya 14.000 años que sirvió de abrigo a los habitantes del Paleolítico, quienes dejaron sus pinturas como testimonio.
Además, en esta zona, en los años 20 del siglo pasado, la Compañía Sevillana de Electricidad construyó una presa para embalsar las aguas de su torrente que nunca llegó a tener agua de forma permanente ya que en pocos días desaparecía por los sumideros que se abrían en el fondo.
Algo de lo que ya escribimos nosotros hace poco.
Cueva de la Higuera, Archidona
También en Archidona nos topamos con la cueva de la Higuera, concretamente en el paraje conocido como Hoyo Conique en la cual encontramos una higuera que da nombre a la cueva.
En su interior encontramos varias salas unidas por galerías además de un corredor que da paso a otra pequeña sala justo antes de iniciar la última galería para salir de la travesía.
Las formaciones más interesantes son los denominados moonmilk, cristalizaciones de calcitas, huellas de escorrentía sobre yesos y alguna que otra estalactita y estalacmita aunque no muy numerosas.
Esta cueva no es de un nivel fácil aunque es apta para visitarla en familia.
Cueva de Zarzalones, Yunquera
En el municipio de Yunquera, al norte de la Sierra de las Nieves, cerca del nacimiento del río Grande localizamos la cueva de Zarzalones.
Este es el mayor sifón de Andalucía y sigue todavía en plena exploración por espeleobuceadores. La cavidad tiene dos entradas y se ha constatado la conexión del curso subterráneo de la Sima GESM, también conocida como sima de la Luz, y que está ubicada en el Parque Natural Sierra de las Nieves, en Tolox, con la surgencia de Zarzalones.
Hay que recordar que la actividad de espeleología requiere de conocimientos, equipos y permisos especiales, por lo que sólo debe practicarse cuando se dispone de estas capacidades y recursos, siempre en compañía de personas cualificadas, y respetando escrupulosamente el frágil entorno que se visita.
Cueva de la Pileta de Benaoján
Encontramos la cueva de la Pileta en Benaoján. El descubrimiento de esta cavidad se remonta al año 1905, cuando José Bullón, un día de primavera, decidió explorar una sima próxima a su casa de la que salían cada anochecer bandadas de murciélagos.
Su propósito no era otro que buscar guano para abonar las tierras y aumentar su producción, pues se las veía y deseaba para cumplir con una renta de casi media tonelada de trigo anual.
Sin embargo, se encontró con que la sima resultó ser la entrada a una gran cueva que le maravilló, y en la que halló huesos, cacharros de cerámica y pinturas en las paredes representando animales y unos signos que nunca había visto.
José Bullón acababa de descubrir un yacimiento prehistórico en el que se encontrarnos muestras de que datan del Paleolítico.
Así, la cueva de la Pileta reúne numerosas pinturas y grabados con representaciones de numerosos animales, que aporta interesantes datos sobre la expansión del arte paleolítico.
Recuerda que para ver este enclave es necesario hacer una reserva previa. ¡No hagas el canelo yendo allí sin reservar!
Cueva de Doña Trinidad de Ardales
La cueva de Ardales o de Doña Trinidad fue descubierta en el año 1821 gracias a un terremoto que dejó libre la actual entrada.
Porta el sobrenombre de Trinidad por Trinidad Grund, hija del empresario Federico Grund, quien adquirió la cueva y la condicionó para su visita a mediados del pasado siglo XIX, como un complemento de su negocio termal instalado en la vecina Carratraca.
A pesar de su importancia -en 1918 es visitada por el abate y arqueólogo francés Henri Breuil, quien publica estudios de varias de las figuras pintadas y grabadas destacando su relevancia-, la cueva de Ardales cae en el olvido hasta 1985, año en el que se protege, se estudia y se reabre al público.
La cueva conserva más de 50 figuras de animales y otros símbolos pertenecientes al Paleolítico superior, casi todas localizados en la Galería del Calvario, grabadas en su mayoría con punzones o buriles de sílex.
También se han encontrado restos de época epipaleolítica y del Neolítico medio y final en la Sala del Saco y en la Sala de Las Estrellas. En las Galerías Altas se conservan restos de enterramientos del Calcolítico.
El recorrido interior de la cueva es superior al kilómetro y medio y a lo largo del mismo destacan la Gran Sala, la Galería del Arquero, la Sala del Lago, la Galería del Espolón, la Galería de los Grabados y la Sala de las Manos. Además, encontramos laberintos de columnas, lagos permanentes y bellas formaciones de estalagmitas.
Una visita indispensable que no podemos dejar de realizar en algún momento de nuestras vidas.
Cueva del Tesoro, Rincón de la Victoria
Situada entre Rincón de la Victoria y la Cala del Moral, la conocida como cueva del Higuerón o cueva del Tesoro es una cavidad en la que se han localizado pinturas de motivos animales atribuidos a finales del Paleolítico Superior, pinturas esquemáticas más recientes, y diversos materiales de varios enterramientos neolíticos. Y todo ello a pesar de que en determinados momentos estuvo sumergida bajo el mar.
De hecho, es una cavidad de origen marino, puesto que las distintas galerías que la componen se formaron por el empuje de las corrientes y el oleaje del Mediterráneo. Es la única gruta marina existente en Europa, contándose solo dos más en todo el planeta, en Asia y Centroamérica.
Entre las salas más hermosas de esta gran cavidad marina destaca la Sala de los Lagos, donde pueden verse estalactitas que recubren buena parte de las paredes.
Rincón de la Victoria y la Cala del Moral están unidas por una serie de acantilados en los que encontramos decenas de cuevas, uno de los puntos turísticos más atrayentes de la provincia.
La Cueva del Tesoro es un autentico paraíso arqueológico ya que por ella han pasado diversas civilizaciones: neolíticas, paleolíticas y fenicias. Además de contar con numerosas pinturas rupestres, en sus grutas han aparecido cerámicas y objetos de sílex, como hachas y puntas de flecha. En definitiva, una hilera de más de quinientos metros de galerías y lagos donde fluctúan el misterio, la leyenda de tesoros escondidos, fantasmas errantes y diosas mitológicas.
Así, desde hace siglos existe el mito de que hay un gran tesoro oculto en las profundidades de la gruta. Incluso en determinadas obras de historiadores clásicos de Málaga se habla de la presencia de un espantoso animal que custodiaba dicha fortuna.
Los orígenes de esta leyenda no están claros, pero existen escritos del siglo XVII que nos hablan de tesoros en el entorno, mencionando, entre otras versiones, la existencia de un tesoro oculto por el emperador de los almorávides, Tasufín Ibn Alí, quien en el siglo XII huía de las revueltas de su tierra.
Esto atrajo a la cueva durante décadas a buscadores de riquezas y reliquias. Así, en torno a 1847, un suizo llamado Antonio de la Nari pasó varios años buscando el tesoro, sin resultado, aunque su empeño le llevó a abrir galerías y un pozo a base de barrenos.
Algo fue mal durante una de sus incursiones con explosivos, lo que le acabó costando la vida. Desde entonces, el pozo que excavó y la propia cueva pasaron a llamarse "del Suizo".
Lo extraño del caso se descubrió cuando, tras descubrir su cadáver, muchos de los dueños de las ventas aseguraron haberlo visto comprar comida en días anteriores. No era posible ya que, como aseguraron los forenses, llevaba fallecido bastante tiempo, dada la descomposición del cuerpo. Aún así, los testimonios de personas que lo vieron pasear por el exterior eran abrumadores.
Muchos hablan de que su espectro todavía continúa vagando por los interiores de la Cueva del Tesoro, en su inmortal afán por encontrar lo que durante años anduvo buscando. Incluso, hay quien dice haberlo visto en épocas más actuales deambulando por la zona de Cantales, con su inconfundible barba blanca.
Cuevas de La Araña, Málaga
Lejos de historias de fantasmas está este centro que permite entender el pasado prehistórico del litoral malagueño, abarcando desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad del Bronce, además de visitar los propios yacimientos arqueológicos.
Así, el centro nos enseña cómo nuestros antepasados fabricaban sus herramientas o pintaban en las cuevas.
El complejo está en continuo proceso de trabajo, ya que en su interior hay zonas en las que se realizan excavaciones, aunque está abierto al público, concertando la visita con anterioridad. (Hay que tener en cuenta que la situación con la covid-19 puede haber complicado las visitas).
Cueva de Nerja
Y, ¿cómo olvidarnos de la celebérrima Cueva de Nerja? Todo el mundo conoce la Cueva de Nerja. Es un clásico.
Lo que a lo mejor no sabéis es que la Cueva de Nerja ha conseguido el sello de Turismo Seguro y que ha cumplido 60 años desde que se abrió al público. Ahí es nada.
Una cueva que se ha volcado durante este tiempo de encierro con numerosas actividades telemáticas y que ya ha abierto sus puertas para recibir a los amantes del pasado, la historia y las cuevas profundas.
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