Cerebro-máquina contra la parálisis
Investigación en la UMA | Parálisis muscular comunicación
Una aplicación interpreta las reacciones del cerebro ante estímulos visuales y construye mensajes que se pueden emitir gracias a un sintentizador de voz
Málaga/Investigadores del grupo Diana de la Universidad de Málaga han creado un sistema que simplifica a personas con parálisis muscular la comunicación a través de un ordenador. Bautizada como UMA-BCI Speller, la aplicación interpreta las reacciones del cerebro ante estímulos visuales en forma de letras o dibujos y construye mensajes que se pueden emitir gracias a un sintetizador de voz. Pacientes con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), Síndrome de Enclaustramiento o distrofia muscular podrán beneficiarse del programa, accesible para su descarga en la web del Proyecto LiCOM, según informa la Fundación Descubre.
La herramienta actúa como un intermediario entre un lector del encefalograma y un sistema informático capaz de traducir estos impulsos en acciones concretas, como escribir una palabra o emitir un mensaje de audio. Para ello crea un entorno gráfico más amigable e intuitivo, similar al presente en cualquier móvil, que evita al usuario tener que conocer los entresijos informáticos. Los resultados del trabajo los publica la revista Computer Methods and Programs in Biomedicine en un artículo titulado UMA-BCI Speller: An easily configurable P300 speller tool for end users.
El objetivo de la investigación es que cualquier paciente o cuidador pueda acceder a este tipo de soluciones, sin necesidad de disponer de conocimientos informáticos previos. “Existen varias aplicaciones que permiten controlar un ordenador a través de la lectura del encefalograma pero su utilización es compleja, requiere saber programación y aun así se tardan semanas en aprender a manejarlas y configurar lo que necesitas, de modo que es difícil su uso fuera del laboratorio”, apunta el responsable del proyecto en la UMA, Ricardo Ron.
Para contribuir a democratizar estos programas, el equipo de investigadores ha incidido en una doble vía. Primero, estableciendo de serie la mayor parte de los parámetros que requieren estos sistemas para funcionar. Esto evita que el usuario deba hacerlo manualmente y acorta el tiempo necesario para su primer uso de semanas a apenas una hora. Segundo, creando un entorno gráfico, basado en un sistema de ventanas y con un teclado virtual que se adapta a las necesidades de cada persona, y desde el cuál se controla todo el sistema.
Además, se han incorporado funcionalidades que simplifican la expresión de ideas o necesidades. “Trabajamos con textos predictivos, de forma que no haya que escribir la palabra completa, pero también con pictogramas que representen al instante necesidades como el hambre o la sed y hagan que la comunicación sea más ágil”, agrega Ron.
De esta manera, un paciente con disfunción motora sería capaz de escribir “hola” o “sueño” sobre un ordenador solo mirando las letras que desea pulsar o un dibujo concreto (mano saludando o una luna, por ejemplo). El sistema se encarga de interpretar los estímulos que se generan en el cerebro, en concreto en el lóbulo occipital, y los muestra en la pantalla en forma de palabras y, si se desea, la máquina las pronuncia en voz alta.
El proyecto, que ha contado con financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad, del programa Feder, de Indra Sistemas y de la Fundación Universia, continúa no sólo en la mejora de la aplicación, también en su integración dentro de un paquete que permita sacar este recurso fuera del entorno científico.
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