Ocho miradores de Málaga desde donde decirle adiós a las fases

Turismo de altura

Sube a un punto elevado de la provincia y observa tu vida con perspectiva

Mirar a lo lejos para recordar lo pequeños que somos

El mirador del Gangarro, en Valle de Abdalajís.
El mirador del Gangarro, en Valle de Abdalajís. / Malaga.es (Jesús Ponce)
Francisco M. Romero

09 de junio 2020 - 08:09

¿Quién nos iba a decir el lunes 1 que este lunes 8 ya estaríamos en la fase 3 de la desescalada? ¡El verano y la libertad llegan de la mano! Casi parece un regalo del Día de Reyes. Un regalo del que debemos leer el libro de instrucciones y seguir todas las precauciones, porque viene cargado de señales de advertencia e indicaciones como los medicamentos.

Pero si seguimos las recomendaciones y medidas de seguridad sanitaria, ya podemos ir desperdigándonos por la provincia y retomar una normalidad cercana a lo normal (la neolengua lo llama Nueva Normalidad).

Rutas, senderos, deportes al aire libre… y entre tantas actividades ¿por qué no subir a un mirador de la provincia desde donde poner en perspectiva nuestras vidas?

Para ello, listamos una serie de puntos elevados en Málaga donde disfrutar del paisaje, de una calma zen y recordar que siempre hay algo por lo que dar las gracias:

Mirador del Gangarro, en Valle de Abdalajís

El escarpado mirador del Gangarro, en Valle de Abdalajís.
El escarpado mirador del Gangarro, en Valle de Abdalajís. / malaga.es (JESUS PONCE)

El mirador del Gangarro, en Valle de Abdalajís, se puede alcanzar desde el emplazamiento la ermita Cristo de la Sierra a través de unas empinadas escaleras construidas sobre la piedra caliza.

En total subiremos 181 escalones (alguien se ha dedicado a contarlos, por lo visto).

Durante todo este recorrido, se pueden contemplar hermosas vistas panorámicas del municipio del Valle de Abdalajís y sus alrededores.

Mirador de Atajate

El mirador de Atajate nos muestra, pues eso, vistas de Atajate.
El mirador de Atajate nos muestra, pues eso, vistas de Atajate. / malaga.es

El mirador de Atajate está situado a la salida del pueblo, pues eso, de Atajate en dirección a Ronda.

Desde este lugar podemos disfrutar de esplendidas vistas del Valle del Genal y su entorno, con unas panorámicas dignas de Dios o de un hombre extraordinariamente alto.

Este entorno atesora un gran y rico patrimonio tanto natural como histórico, con presencia del paso de romanos y árabes. Como herencia del pasado, se puede ver la torre defensiva en el monte Santa Cruz.

Además, con suerte podremos disfrutar de avistamientos de aves como el águila real, el águila perdicera, el ratonero común, el azor, el halcón peregrino, el cernícalo vulgar y el buitre leonado.

Mirador de Punta Chullera

Los miradores también pueden ofrecer vistas a playas repletas de gente que guarda la distancia de seguridad.
Los miradores también pueden ofrecer vistas a playas repletas de gente que guarda la distancia de seguridad. / malaga.es

No todo van a ser miradores monteses. En el límite entre la Costa del Sol y el Estrecho de Gibraltar encontramos la playa más occidental de nuestra provincia y, desde allí, podemos ver el Peñón de Gibraltar y el continente africano.

Y aquí encontramos un lugar perfecto en la reserva ecológica de las playas de Manilva, ideal para pasear, practicar deporte y pasar tiempo en familia ahora que podemos ir diciendo adiós al confinamiento.

Mirador de El Asalto del Cura, en Gaucín

Los bandoleros no respetaban nada.
Los bandoleros no respetaban nada. / málaga.es (sALVADOR MARTÍN DE MOLINA)

En el entorno de Gaucín encontramos este mirador con tan curioso nombre. El mirador de El Asalto del Cura le debe ese nombre al pasado de bandoleros que la sierra escondía entre sus numerosas grutas.

Un lugar maravilloso desde donde contemplar unas vistas impresionantes y que nos harán desear meternos a cuatreros ahora que siempre llevamos la cara cubierta con una mascarilla.

Mirador de La Camorra, en Alameda

Alameda vista desde las alturas.
Alameda vista desde las alturas. / malaga.es

En la localidad malagueña de Alameda encontramos una de las mayores elevaciones sobre el nivel del mar que podemos contemplar en su entorno natural.

Una de las vistas más interesantes que desde este punto se domina es la Laguna de la Ratosa.

Con una elevación de más de 680 metros sobre el nivel del mar, la cima conocida como la Camorra ofrece unas vistas que originaron que en el año 2000 se construyera sobre ella un mirador para poder disfrutar de un paisaje sobrecogedor: podemos recrearnos viendo las tierras que bajan al Genil y el Torcal de Antequera.

Mirador de los Castañares, en Benadalid

El castaño da color durante todo el año al Valle del Genal.
El castaño da color durante todo el año al Valle del Genal. / malaga.es

Situado a la entrada del pueblo de Benadalid encontramos el mirador de los Castañares si vamos en dirección Ronda. Desde este lugar se observan impresionantes vistas del Valle del Genal donde predomina el castaño.

De hecho, este árbol proporciona al entorno un elemento primordial que embellece el Valle del Genal en cada estación del año: en otoño es un bosque multicolor ocre y amarillo; en invierno ofrece un ramaje oscuro; en primavera brinda una vista verde brillante; y en verano, devuelve una mirada verde oscura de agradecida sombra.

Mirador de la Torrichuela, en Júzcar

Vista desde el mirador de la Torrichuela en Júzcar.
Vista desde el mirador de la Torrichuela en Júzcar. / malaga.es

El mirador de la Torrichuela nos ofrece una espectacular panorámica de un pueblo que se niega a volver al blanco: Júzcar.

Desde este punto elevado, podemos ser testigos de un municipio azul y orgulloso de ello. En esta zona se erigía una antigua torre vigía que el paso del tiempo ha hecho desaparecer, aunque aún se observan unos pocos restos desperdigados por el lugar.

Mirador de la Guerra de la Independencia, en Gaucín

El mirador de la Guerra de la Independencia vio pasar a mucho franchute.
El mirador de la Guerra de la Independencia vio pasar a mucho franchute. / malaga.es

También en Gaucín encontramos el mirador de la Guerra de Independencia que recibe este nombre por la importancia que este acontecimiento histórico tuvo en el entorno.

De hecho, en 27 meses los franceses entraron en Gaucín hasta en seis ocasiones, siendo especialmente violento el combate del 8 de julio de 1810 cuando asesinaron a todos los vecinos que encontraron a su paso y quemando 165 casas.

No es de extrañar que los guerrilleros se mostraran especialmente duros en un conflicto que aún se recuerda vívidamente en la comarca.

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