Qué ver en Ronda: la ciudad que habría matado a Stendhal
Redescubriendo Málaga tras el coronavirus
A veces olvidamos la brutal belleza que la localidad rondeña ofrece a sus visitantes
Patrimonio, arquitectura, museos, historia, tauromaquia... Entendemos que nadie quiera dejar de vivir aquí
Lo habría matado si la hubiese visitado. Estamos seguros de ello. Si el escritor francés Henri Beyle, más conocido por el seudónimo de Stendhal, llega a descubrir el esplendor de Ronda, le da un amarillo que le deja en el sitio.
Y es que Stendhal fue el primero en sufrir el síndrome que llevaría su nombre: un ataque de pánico psicosomático al verse expuesto a una gran belleza: obras de arte, lugares históricos, arquitectura esplendorosa... todo en un mismo lugar, machacando los sentidos sin piedad con deslumbrante hermosura.
El goce artístico que nos sobrecoge en una ciudad como Ronda, en la que no podemos dar un paso sin que nos golpee en la cara cualquier rincón cargado de preciosidad hasta los topes, es la máxima definición de esta localidad. Patrimonio histórico, cultura, paisajes naturales, gastronomía centenaria, arquitectura...
Por Dios, ¡Ronda tiene de todo! Por suerte no tiene playa; si fuera así se convertiría en la ciudad perfecta.
Como decimos, la localidad tiene de todo. Por eso este extenso listado de cosas que ver en Ronda va a ser, básicamente, una detallada galería gráfica de imágenes capturadas por Javier Flores, uno de los mejores fotógrafos de la provincia al que, no se entiende, no se ha expuesto todavía en calle Larios.
Fotografías que hacen justicia a una ciudad que parece que creció para rendir homenaje al arte, la belleza y la alegría de vivir.
Plaza de toros
Empezamos con un lugar muy querido por los antitaurinos: la plaza de toros de Ronda. Una plaza que, por su historia, por su arquitectura, por su carácter y por su belleza es reconocida como una más antiguas de España y una de las más monumentales que existen.
Ronda es una de las cunas de la tauromaquia moderna, surgida en el siglo XVIII, en una ciudad donde se conservaba muy viva la tradición de la caballería. Las necesidades de defensa del territorio hicieron que Felipe II fundase en 1572 la Real Maestranza de Caballería de Ronda, para que se mantuviese el necesario manejo de los caballos.
Este cuerpo dedicó un espacio de la ciudad para los ejercicios ecuestres entre los cuales, como es tradicional en España desde la Edad Media, se incluyeron los juegos de destreza con toros. El auge del toreo llevó a la Real Maestranza de Caballería rondeña a erigir esta plaza, obra que se atribuye a José Martín de Aldehuela, el mismo arquitecto del celebérrimo Puente Nuevo sobre el Tajo.
Una plaza en la que el torero Antonio Ordóñez creó en 1954 la mundialmente conocida corrida goyesca, que cada año nos traslada a la época de Goya.
Alameda del Tajo
Situada junto a la plaza de toros y al borde de la cornisa del Tajo, la Alameda del Tajo es un paseo arbolado de principios del siglo XIX que ofrece unas imponentes vistas panorámicas de la Serranía de Ronda y de los alrededores de la ciudad.
Como curiosidad, fue financiada con las multas de quienes eran sorprendidos en comportamientos escandalosos. Si hoy en día se multara por eso, se acaba la crisis en dos días. Sólo hay que echarle un ojo a Instagram...
La forman cinco avenidas paralelas repletas de una gran variedad de especies vegetales, que vienen a desembocar en un paseo con una balconada situada sobre el mismo borde del abismo.
El paseo se prolonga hacia el norte por el llamado paseo de los ingleses. Bajo él se encuentra la formación geológica conocida popularmente como el Asa de la Caldera. Hacia el sur, se une al paseo de Blas Infante para concluir en el Puente Nuevo.
Miradores de Ronda
Gracias a la especial orografía de la que disfruta Ronda, la ciudad cuenta con numerosos miradores desde los que asomarnos y sentir esa sensación tan rara que es la atracción por el vacío.
También, no se sabe por qué, si tenemos el bolso de nuestra señora en las manos tendremos la tentación de lanzarlo al fondo del acantilado.
En fin, cosas de la mente a parte, la localidad rondeña cuenta con el mirador de Blas Infante que es un enclave espectacular situado a la salida de la plaza de toros.
También, ojipláticos, contemplaremos las vistas desde el mirador de Aldehuela y desde el descriptivo balcón del coño.
Baños árabes
Situados en el barrio de San Miguel, los baños árabes de Ronda son los mejor conservados de España. De hecho, sorprendentemente, el sistema hidráulico sigue casi intacto hoy en día.
Construidos a finales del siglo XIII, están dispuestos como las termas romanas, con una zona fría, cálida y otra muy caliente y todavía se puede ver la caldera utilizada para calentar el agua.
Si miramos el techo veremos las rejillas de ventilación en forma de estrella inspiradas en la Alhambra de Granada y sus baños.
Casa del Gigante
Construida entre los siglos XIV y XV, la Casa del Gigante era una vivienda de gente pudiente que se asemeja a las granadinas y a las del Magreb.
Un palacio en miniatura y uno de los mejores conservados de la arquitectura nazarí cuyo apelativo de gigante tiene su origen en dos relieves en piedra que decoraban las esquinas del edificio y de los cuales, actualmente sólo queda uno.
Todavía conserva integro el diseño original de su traza islámica ordenada entorno a un patio central. Permanece también la antigua entrada en recodo que conduce al pórtico y sala norte, destacados por su profusa decoración de sus yeserías, con decoración de ataurique e inscripciones cursivas o de tipo vegetal, y de su artesonado.
Casa del Rey Moro
De nombre políticamente incorrecto, la Casa del Rey Moro se compone de tres elementos: la mina de agua de época musulmana, por una parte, y la casa de estilo neomudéjar y el jardín proyectados por la Duquesa de Parcent a principios del siglo XX, por otro. El jardín fue diseñado por Jean Nicolas Forestier y hoy está declarado Bien de Interés Cultural.
Por su parte, la mina de agua es una compleja obra de ingeniería hidráulica para uso militar construida en el siglo XIV. Se construyó aprovechando una grieta natural oculta en la pared del Tajo.
Después del abandono de la mina en el siglo XVI, su recuerdo se va borrando y aparecen las leyendas que narran la existencia de palacios fabulosos, bellas princesas y fastuosos tesoros escondidos en las profundidades de la mina.
En 1911, la Duquesa de Parcent acondicionó el descenso hacia el río Guadalevín y habilitó un pequeño embarcadero, para pasear por el río y llegar a una pequeña gruta donde colocó una imagen de la Virgen.
Iglesia de Santa María la Mayor
La iglesia de Santa María la Mayor es uno de los monumentos más importantes de Ronda y tiene una larga historia: según los estudios arqueológicos, este inmueble se ubica muy próximo a los restos de una basílica paleocristiana.
Más tarde, y bajo la dominación islámica, se construyó en ese mismo lugar una mezquita de la que sólo se conservan el arco del Mirhab y un trozo del muro, oculto tras el retablo del altar del Sagrario.
Los Reyes Católicos, tras la reconquista de la ciudad, ordenaron levantar, en el lugar de la mezquita, este templo. Las obras se iniciaron en 1485 y, tras muchas vicisitudes, se concluyeron a fines del siglo XVII.
Su historia continúa, incluyendo un terremoto en 1580, pero no es cuestión de eternizar este reportaje, así que dejamos aquí su cronología.
Convento de Santo Domingo
El Convento de Santo Domingo fue parte de la Leyenda Negra española: acogió la sede del Tribunal de la Inquisición. Pero actualmente es el Palacio de Congresos de Ronda, donde se tortura de un modo diferente, pero no más benigno.
Se trata de un edificio cargado de historia, con quinientos años de existencia, mandado construir por los Reyes Católicos y rehabilitado con salas acondicionadas para encuentros con un número no muy elevado de personas.
Se sitúa al borde de la cornisa del Tajo, en un extremo del Puente Nuevo, auténtico emblema de la ciudad.
Palacio de Mondragón
El Palacio de Mondragón arropa el Museo Arqueológico de Ronda. Conocido también como Palacio del Marqués de Villasierra, es uno de los monumentos civiles más significativo de la ciudad.
Cuenta la historia que fue residencia del rey Abbel Malik o Abomelic, hijo del sultán de Marruecos Abul Asan. Sin embargo, en época cristiana sería objeto de obras muy importantes. Por ello, se compone de dos zonas bien definidas: la mudéjar y la renacentista.
Durante los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado la Escuela Taller de Ronda acomete las tareas de rehabilitación del edificio. Después de este período se instalan las primeras salas del museo.
Será entre los años 2002 y 2006 cuando se monten las salas que hoy en día pueden ser visitadas, y que nos muestran desde la prehistoria hasta la tardoantigüedad intentando mantener un discurso didáctico e interactivo que lo hace muy atractivo e interesante.
Plaza del Socorro
Un lugar donde descansar de tanto rincón majestuoso es la plaza del Socorro, que también es fantástica, pero aquí además encontraremos terrazas de bares y restaurantes donde dar un respiro a nuestros cansados pies.
Bueno, en realidad no dejaremos de ver elementos arquitectónicos hermosos ya que disfrutaremos en esta plaza de la visión de la iglesia de Nuestra Señora del Socorro.
Las murallas y las puertas musulmanas
El promontorio rocoso sobre la que se erige la ciudad rondeña le ha conferido, a lo largo de la historia, un evidente valor estratégico y defensivo. Es lógico que en este lugar creciera una medina musulmana delimitada por la barrera natural que supone la garganta excavada por el río Guadalevín.
Las murallas de esta medina crecieron siguiendo la línea de roca y a día de hoy se conservan algunos restos entre los que destaca la puerta de Almocábar. Construida en el siglo XIII y reestructurada en el periodo de Carlos V, esta puerta toma su nombre de la palabra árabe "Al-maqabir", que significa 'cementerio', por estar cerca de la necrópolis que, según la costumbre islámica, siempre estaba fuera de la ciudad.
Fue una de las puertas principales de acceso a la ciudad y daba entrada al barrio alto, que hoy se conoce como del Espíritu Santo.
Otro hito importante son las murallas y puertas de la Cijara. Localizada en el este de la ciudad, se compone de una doble línea defensiva que albergaba los arrabales islámicos, donde se localizaban los baños árabes.
Por último, en el oeste, las murallas de la Albacara, cuya función era defender los molinos de la ciudad y albergar el ganado en caso de riesgo.
En este sector se localizan otras dos puertas de acceso a la medina: la puerta del Cristo o de los Molinos y la puerta del Viento.
Los puentes rondeños
Numerosos son los puentes que discurren por la ciudad de Ronda. Tenemos, por ejemplo, el puente de las Curtidurías, del siglo XIII y de origen árabe a pesar de ser también conocido como puente Romano. Sin embargo, con el tiempo en sus cercanías se instalaron los artesanos que trabajaban los textiles, por lo que recibió el nombre de puente de las Curtidurías.
Este puente fue uno de los primeros puntos de unión entre los dos extremos del Tajo y permitió la expansión de la ciudad al otro margen conocido como barrio de San Francisco. La idea era dar acceso al ganado para poder abrevar en el río Guadalevín.
Después tenemos el Puente Viejo. Su primera referencia histórica es la reconstrucción de la que fue objeto tras la reconquista por los Reyes Católicos a finales del siglo XV, pero su origen es discutido. Para unos es romano y reconstruido por los árabes, aunque para la mayoría de autores es de construcción musulmana. Sea como fuere, daba entrada a la ciudad por la antigua Puerta de la Puente y la comunicaba con el barrio del Mercadillo.
Otro puente rondeño, la joya de la corona, el que todos conocen y por ello hemos dejado para el final, es el Puente Nuevo. Este puente constituye, junto con la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Ronda, el símbolo y el alma de la ciudad.
Hubo dos grandes proyectos para la realización de esta obra. El primero, del año 1735, reinando Felipe V, consistió en un arco de 35 metros de diámetro, cuyas obras duraron tan sólo ocho meses, pero que resultó infructuoso pues seis años después se derrumbó, ocasionando la muerte a medio centenar de personas.
Poco después, en 1751 comenzaron las obras del actual Puente Nuevo que terminarían en el año 1793. Más de 40 años para hacer algo más fiable este puente que desde entonces es el orgullo de los rondeños.
Una obra maestra de cerca de cien metros de altura, construida en sillares de piedra extraídos del fondo de la garganta del Tajo, que permitió la conexión del barrio moderno o del Mercadillo con el barrio antiguo de la ciudad y posibilitó su expansión urbanística.
Desde sus balcones, las vistas de las casas colgando sobre el mismo borde del precipicio son, sencillamente, espectaculares.
Yacimiento de Acinipo
A unos 20 kilómetros de la que hoy en día es la ciudad de Ronda, sobre la conocida como la Mesa de Ronda la Vieja, encontramos la zona arqueológica de Acinipo. Situada a casi mil metros de altitud en una impresionante ubicación, Acinipo se transforma en un hito de gran importancia, ya que desde su posición se contemplan amplios paisajes de las provincias de Málaga, Cádiz y Sevilla.
Este yacimiento demuestra que el presente es, casi literalmente, una casa construida sobre las ruinas de una casa anterior ya que alberga los restos de la ciudad romana de Acinipo, asentada sobre una antigua ciudad fortificada ibérica u oppidum, que, a su vez, hunde sus cimientos como lugar de ocupación durante la Prehistoria (de las etapas prerromanas se conservan unas cabañas de la Edad del Hierro).
En Acinipo destaca su teatro romano, uno de los mejores conservados de la Hispania romana, pero también encierra algunos elementos visibles de la antigua ciudad, como una vivienda señorial romana o domus y unas termas, dotadas de una palestra para ejercicios gimnásticos. En la página de Facebook de Acinipo se publica mensualmente el calendario de apertura del enclave.
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