Ruta entre los embalses del Guadalhorce y la estación de El Chorro, entre Campillos y Álora
Redescubriendo Málaga tras el coronavirus
La etapa 20 de la Gran Senda de Málaga nos ofrece hermosos paisajes marcados por la red hidrológica de la provincia
El inicio de esta senda que entrelaza los embalses del Guadalhorce y la estación de El Chorro, es decir, a Campillos con Álora, es, de hecho, el conocido como mirador de los Tres Embalses.
Ficha
Ruta: lineal.
Distancia: 22 kilómetros.
Dificultad: arduo.
Inicio: Embalses del Guadalhorce (Campillos).
Meta: Estación del El Chorro (Álora).
Tiempo: 6 horas aprox.
Este lugar privilegiado está situado en la confluencia entre los embalses de los ríos Turón, Guadalteba y Guadalhorce, y desde él se aprecian las distintas presas y centrales hidroeléctricas que componen la red hidrológica de El Chorro.
Este mirador, que se encuentra a 486 metros sobre el nivel del mar, fue construido inicialmente como punto de control topográfico durante los trabajos de principios del siglo XX. Desde él se puede apreciar la importancia estratégica de estas grandes obras que gestionan los principales ríos del paraje natural la zona norte de la provincia de Málaga.
Una vez nos encontremos aquí estaremos a punto de enfrentarnos a la etapa 20 de la Gran Senda de Málaga, una ruta de 22 kilómetros que nos llevará unas seis horas completar. A cambio, nos ofrecerá paisajes del interior de la provincia donde el paso del agua y las infraestructuras hidráulicas han dejado su profunda y hermosa huella.
Además, a nuestro paso seremos testigos de encinas, sabinas y cornicabras formando pequeños bosquetes donde el matorral de lentiscos, aulagas, espinos negros, enebros y coscojas.
El inicio, en el punto intermedio entre los embalses, nos conducirá por la orilla del pantano del Guadalhorce y muy cerca de unas canteras. La pista forestal que seguimos va hacia el el sur y asciende entre pinos carrascos.
El comienzo del primer cañón del Desfiladero de los Gaitanes nos aguarda a lo lejos y lo veremos desde una panorámica del complejo hidráulico de El Chorro y las sierras del poniente malagueño.
Giramos hacia el este desde este punto y observaremos en una zona de sotobosque de esparto, romero y jaras el arroyo de Todosaires y las laderas norteñas de la sierra de Huma.
Se llega a una zona conocida como la Cornicabra y a un puerto que es paso natural entre dos escarpes rocosos. Iremos bien en nuestra senda si permanecemos al lado de la línea de alta tensión que se ve por primera vez entre Campillos y Antequera.
Aquí hay dos tajos que son famosos entre los escaladores. Se conoce la zona como Desplomilandia y uno de los tajos como El Triángulo.
El camino comienza a descender para acto seguido comenzar una larga hacia el tajo del Cabrito, que no podremos soslayar, por lo que la senda nos llevará al puerto de Ramos.
Otra vez comienza una bajada con vistas a la vega de Antequera y el sendero se ve inmerso en un sabinar que poco a poco enlaza con la sierra Llana.
Ojo, que aquí nos encontramos con la parte más ardua de la etapa. Desde el kilómetro 10 al 13 hay que salvar 300 metros de desnivel en una subida continua. El camino del cortijo del Madroño va por el fondo de un valle con un nuevo tajo a la derecha, el salto de la Zorra.
La máxima altura de la etapa es el Puerto del Rosalejo, donde se asentaba la ciudad romana de Nescania, en el punto kilométrico 14 y a 845 metros de altitud. A partir de aquí comienza el descenso.
No llegamos a la máxima altitud de la sierra, el pico Huma, que está a 1.191 metros, y que es la montaña de caliza gris que se va rodeando. Por suerte, el sendero deja este camino, la subida se hace menos dura y se pasa por el cortijo de Campano, que nos regala excelentes vistas del Pico Capilla.
Fuera del recorrido quedan la Fuente de la Viuda y el cortijo de la Rejanada. Esto no son las únicas casas rurales. De hecho, en la zona hay algunos cortijos por debajo del camino, el del tajo del Palmito, el de Castillo y el de los Peñascales, que le da nombre al camino que viene desde el Valle de Abdalajís.
Avanzamos y llegamos en el kilómetro 16 al término municipal de Álora. Los caminos de la cortijada de La Pedrera nos conducirán hasta el pinar del arroyo de El Chorro. Ahora la ruta discurre por los límites del paraje natural.
El carril nos lleva a la escalera árabe. En realidad, la escalera árabe de sierra de Huma no es tal, pero se la conoce desde principios del pasado siglo con este nombre. Esta infraestructura es una obra singular que permite franquear la zona montañosa del tajo de los Castillones por su parte central, en lugar de rodear una larga pared caliza, y nos lleva al Cortijo de Can Pedrero.
Este tajo de los Castillones es conocido entre los escaladores como las Frontales (Bajas, Medias y Altas) y cuenta con un itinerario mítico en una cueva, la vía Poema Roca.
La obra aprovecha una falla en la pared y mediante más de 256 escalones de distintas formas y dimensiones, labrados o montados preparados con piedras y rocas del lugar, salva un desnivel acusado en el Desfiladero de los Gaitanes.
Pasado esto obtendremos una panorámica de la zona del poblado de El Chorro y las Mesas de Villaverde y la primera parte del recorrido de la etapa siguiente.
El camino ya es es claro y nos conduce a El Chorro de Álora, donde se encuentra su famosa estación de tren y donde finaliza esta bella ruta y este aséptico reportaje.
Podremos aprovechar y visitar esta hermosa localidad que tiene mucho por ofrecernos.
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