Es fácil caer en la tentación de pensar que Europa sobra. Que con las importantes bajas que arrastra el equipo, gastar balas en una competición que se ha complicado hasta el infinito no merece la pena. Y pudiera ser cierto, pero ese razonamiento no va con la forma de ser de este Unicaja de Joan Plaza. 1 triunfo en 8 partidos es el balance en el Top 16 de la Euroliga. Unos números que contrastan totalmente con el histórico balance que mantiene al conjunto malagueño líder de la Liga Endesa.

Pese al milagro necesario para poder pisar el Top 8 por segunda vez en la historia del club cajista, en caso de ganar al Efes Pilsen en el Martín Carpena y recuperar el average, el Unicaja se colocaría a dos triunfos de la cuarta posición después de que el Laboral Kutxa sucumbiese en casa ante el CSKA. Dos victorias, con el calendario que le queda por delante a los de Plaza es toda una quimera, pero la situación no serían tan utópica contemplando la posibilidad de llegar a la última jornada a sólo un partido de los vitorianos.

Aunque el vestuario dejó de hacer cábalas hace tiempo, cerrar esta jornada con esa distancia aportaría mucha más emoción a los últimos encuentros que restan de este Top 16.

Para complicar más las opciones, Plaza se ha encontrado con las lesiones de dos jugadores capitales en la rotación exterior. Sin Suárez, al que el propio entrenador descartaba, incluso para el domingo, por precaución, y sin Vasileiadis, le tocará multiplicarse a un Stefansson que se ha convertido en un comodín de lujo para el entrenador catalán.

Con estos contratiempos, será decisivo que el resto de jugadores de un paso al frente para poder competir de la misma forma que lo ha hecho el equipo durante toda la temporada. Sobre todo en Euroliga, donde a pesar de no salir las cosas nunca ha terminado de entregar la cuchara. Hoy, ante su afición, este Unicaja tiene una bonita oportunidad para empezar a cobrarse todas esas victorias que se han terminado escapando por uno u otro motivo.

El rival, un Efes con tanto dinero invertido que sería un fracaso no verle entre los ocho mejores del Continente, llega herido tras ceder en casa ante su principal rival directo por la cuarta plaza, el Laboral Kutxa. Su margen de error se le escapará de las manos si no triunfa en el Carpena. Un duelo atractivo para que este Unicaja siga cogiendo madurez mental de cara al objetivo final de este año, asaltar la final de la Liga.