Su hijo la encontró en una vivienda en Torre del Mar (Vélez-Málaga). El cuerpo yacía sin vida en su cama, boca arriba, con signos de asfixia, extremo que confirmó, posteriormente, la autopsia. Junto a ella una vela. Minutos más tarde, descubrió que la pareja de su madre se había ahorcado. La víctima era Ana Z., la primera que se ha cobrado la violencia de género en España este 2024. No había denuncias previas y su nombre, por ende, no figuraba en el sistema VioGen, que da protección a 4.095 mujeres maltratadas (cuatro de ellas están en riesgo extremo). Hay 91 procedimientos abiertos, de los que la Policía mantiene activos los casos de 50 menores ante la posibilidad de que el agresor vuelva a agredirla. Una de ellas está en riesgo alto, lo que implica vigilancia policial frecuente tanto en su domicilio como en su lugar de trabajo y en la entrada o salida del centro escolar de los hijos, si los hubiera. La Policía realiza, además, controles aleatorios del agresor y también de su entorno.

La cifra de adolescentes que han sufrido este tipo de episodios violentos, a fecha de 31 de diciembre, ha crecido, según las estadísticas publicadas por el Ministerio del Interior, respecto a enero de 2022, cuando hasta entonces eran 34 las adolescentes que, aún sin haber cumplido los 18 años, ya tenían protección policial y seguimiento como víctimas del machismo. El nivel de riesgo al que estaban sometidas la mayoría era bajo o medio. 

La menor que se tiró por un balcón huyendo de su agresor

Uno de los últimos casos lo protagonizó una joven de 17 años que hace unos meses se arrojó desde un balcón con la supuesta intención de huir de su ex pareja, que la agredía, presuntamente, con un hacha en Torremolinos. Un toldo que estaba abierto salvó la vida de la víctima al frenar la caída. Se había precipitado desde una segunda planta. Su ex novio, de 21 años y con una orden de alejamiento en vigor, fue poco después detenido. Al verse acorralado, se autolesionó con un arma blanca en el cuello. El juez decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. 

En el otro extremo del sistema VioGen, hay 2.207 mujeres mayores de 65 años, con 87 casos activos (30 de ellos considerados de riesgo) y 2.164 inactivos. La horquilla de edad en la que se observan más víctimas con protección policial es la que va de los 31 a los 45 años, con cerca de 2.000 seguimientos.

Hay además a 4.543 mujeres de entre 18 y 30 años, con cerca de un millar de casos activos. Seis de ellas están en riesgo alto. Le sigue el grupo de mujeres de entre 46 y 65 años, con 987. Hay otras 965 maltratadas de entre 18 y 30 protegidas por el sistema policial de seguimiento de víctimas.

Las estadísticas de Interior reflejan también que otras 388 mujeres de Málaga con hijos reciben un seguimiento por parte de la Policía al ser el suyo un caso de especial relevancia. Y ello responde a una serie de indicadores que incrementan la probabilidad de que el agresor emplee la violencia contra la víctima. En tres de los casos el riesgo es extremo y, en otros 31, es alto.

La niña que llamó a la Policía: estaban estrangulando a su madre

VioGen también recoge que más de la mitad de las féminas (2.079) con medidas de protección tras sufrir maltrato tienen hijos pequeños o adolescentes a su cargo. Una niña de 8 años llegó incluso a alertar a la Policía de que estaban maltratando a su madre, a punto de ser estrangulada. La niña había sido testigo de cómo un hombre, con el que la víctima mantenía una relación sentimental, la emprendía a golpes con ella después de haberla amenazado con un cuchillo. La carrera contrarreloj de unos policías locales permitieron poner a salvo a la mujer, a la que encontraron tumbada en el suelo mientras el presunto agresor la agarraba del cuello con las dos manos y la inmovilizaba con una rodilla en el pecho. 

El episodio, que pudo acabar en tragedia, ocurrió el pasado mes de octubre en la barriada de San Martín, situada en el distrito malagueño de Miraflores de los Ángeles. Los gritos proferidos en el domicilio habían puesto en alerta a los vecinos. Uno de ellos acudió hasta las dependencias del Grupo de Investigación y Protección (GIP) de la Policía Local de Málaga para dar la voz de alarma. Cuando los agentes se aproximaron al inmueble fueron advertidos de la peligrosidad del supuesto autor de la agresión, un hombre de nacionalidad árabe y con pasaporte francés que no reside en España. "La convivencia era puntual porque el supuesto agresor pasa bastante tiempo fuera del país", matizaron entonces fuentes municipales.

Los policías aporrearon la puerta. La menor acudió a abrir y, a continuación, les indicó el lugar exacto en el que su madre estaba siendo golpeada. A solo unos metros, estos sorprendieron a un hombre intentando estrangular a la víctima, que presentaba, además, varias lesiones. Los efectivos se afanaron en tratar de poner a salvo a la mujer y, a su vez, protegieron a la pequeña. El presunto autor no lo puso fácil. Opuso una fuerte resistencia para su detención.