Puede que por un día sea buena idea, elevar la mirada de la política nacional y nos detengamos en aquello lo que nos pasa y para retratar nuestra época y asumamos aquella frase de Ortega de hace casi un siglo: ‘“No sabemos lo que nos pasa, y eso es precisamente lo que nos pasa”.

Ese es el propósito de Moisés Naím, el conocido columnista, en su último libro “Lo que nos está pasando” (Debate, Barcelona, 2024) que intenta explicar lo cambios políticos que han sucedido entre 2016 y 2023. Para él vivimos una era de grandes cambios, algunos profundos y sin precedentes y que no sabemos cómo serán, otros, sólo serán una continuación de tendencias de cambio ya en curso.

Entre los acontecimientos de este periodo hay que destacar los siguientes: El Brexit. El ascenso, la caída y el regreso de Donald Trump. El cambio climático con temperaturas que superan los registros máximos de un año para otro. La pandemia del Covid-19. La creciente desconfianza en la democracia tanto en América como en el mundo. La imbricación del crimen organizado en los Estados. La invasión rusa a Ucrania, una guerra que podría extenderse. La brutalidad de Hamas el 7 de octubre y la respuesta del gobierno de Benjamin Netanyahu, tan atroz con los civiles que Estados Unidos se abstuvo —en lugar de apoyar, como históricamente, a Israel— cuando el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidos votó la petición de alto el fuego. La popularización de la inteligencia artificial, sin red normativa que obstaculice que el terrorismo la aproveche tanto como, por caso, la medicina –con la excepción de Europa-. Populismos, cambio climático, nuevas guerras, Estados que compiten con el crimen organizado y la nueva revolución tecnológica son temas que subyacen a todos estos acontecimientos.

Una tendencia general es la necesidad del multilateralismo o la necesidad de cooperación global ante la aparición de tantos problemas globales –ya no sólo el medioambiental-. De hecho, la pandemia ha demostrado que los gobiernos podían actuar concertadamente y conseguir respiradores y una vacuna en tiempo record. Este es el camino para los problemas medioambientales, geoestratégicos, etc.

Los problemas están en nuestros regímenes políticos. Por un lado, tenemos un 70% de dictaduras, con dictadores que permanecen en el poder y tienen muchos recursos económicos –el caso de Putin y Maduro-, dirigentes populistas que amenazan nuestras democracias como Trump. Y, por supuesto, la de dirigentes autoritarios que se disfrazan de demócratas, como es el caso de Netanyahu.

Para Náim: ‘Hoy la democracia está bajo ataque a nivel mundial, es una forma de gobierno en peligro de extinción. Y hoy el problema no solo es lo que sucede cuando hay elecciones, sino lo que pasa durante el periodo por el cual fue elegida la persona. Qué pasa con el estado de derecho. Qué pasa con las libertades civiles, con el espacio público, con el funcionamiento del sistema judicial, con la creación de leyes, etcétera’ y hay que tener cuidado con lo que él llama l ‘las tres P’,’populismo,polarización y posverdad’. La crisis de la democracia no oculta sus problemas pero el porvenir es largo y su futuro será mejor de lo que pensamos en estos tiempos en los que no sabemos lo que nos pasa.

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