En los alrededores de la Iglesia de San Felipe Neri, una multitud expectante se congregó, ansiosa por adentrarse en sus sagrados recintos y dedicar unos momentos a contemplar a María Santísima de los Dolores. Estas esperas se debieron a que este año, la Venerable Orden Tercera de Siervos tomó la determinación de abstenerse a llevar a cabo su procesión por las calles de Málaga, a causa de las adversidades meteorológicas que amenazaban con perturbar la solemnidad del evento y su buen desarrollo.

La oscuridad que envuelve las calles por las que cada año avanza el cortejo procesional de esta orden se dio únicamente en el interior del templo. Allí, los malagueños se congregaron en un lento y reverente desplazamiento hacia el altar mayor, donde María Santísima de los Dolores, en su trono, emergía ante ellos, bañada en la cálida luz de un foco y las danzantes llamas de las velas que siempre la acompañan en cada una de sus salidas procesionales. Cabe señalar que la obra, creada por el talentoso Fernando Ortiz en el año 1750, permanece en su pureza original, sin alteraciones estéticas que empañen su esplendor atemporal.

La decisión de no salir fue “muy difícil” de tomar para ellos, pero su intención fue la de mantener la imagen de la Santísima Virgen. Para venerarla y cumplir con su acto de penitencia, la Orden Seglar de Siervos de María, mientras los malagueños visitaban su templo, ellos rindieron culto a su sagrada titular realizando diferentes rezos. Para ello, reorganizaron los actos que tenía previstos llevar a cabo durante la procesión y terminaron realizando la lectura del Séptimo Dolor del Septenario a las 20:05; el sermón de Soledad a las 20:20 y el canto coral Regina Coeli a las 22:00.

Así, los 42 hombres de trono y sus 100 nazarenos vestidos con túnicas, antifaces (sin capirote) negros, cíngulo negro y portando el escapulario de la orden no llegaron a salir de la iglesia y los tambores roncos de la Banda de Cornetas y Tambores del Real Cuerpo de Bomberos no retumbaron en la oscuridad de las calles de Málaga en Viernes Santo.