Propaganda 2.0: whatsapps, bots y tuits para captar al elector
Elecciones Andalucía
El uso de redes sociales se ha generalizado y expandido en la campaña andaluza, tanto en cuentas oficiales como paralelas
La mensajería proporciona un canal directo y que genera más confianza en el votante
Especial: 40 años de elecciones andaluzas
Suena una notificación. En uno de los muchos grupos de Whatsapp que tiene cada andaluz alguien ha reenviado un artículo de un medio de comunicación, una antigua entrevista de Juanma Moreno, en la que se destaca que ha nacido en Cataluña, junto a un mensaje “Votar a Juanma es = votar Vox”. El receptor acaba de recibir el nuevo formato de propaganda electoral, sin logos de partidos pero más efectiva por su cercanía, basada en las redes sociales. La que estrenó de forma mundial el equipo de Barack Obama en su campaña de 2008 y que ha ido evolucionando hasta convertirse en un factor clave en la nueva política y en el auge de los populismos en todo el mundo.
La campaña de las elecciones andaluzas que acaba de terminar ha sido territorio de experimentación de las nuevas fórmulas de comunicación política, mientras las antiguas permanecen pero van reduciendo su presencia. Facebook, Twitter, Whatsapp, Tik Tok, llamadas reales y virtuales y hasta un bot de nombre Quillo han sido protagonistas del periodo electoral para muchas personas, más que los tradicionales dípticos, los mítines o las entrevistas en medios de comunicación. Han servido para difundir mensajes pro candidatos, informaciones destinadas a influir en el elector y, por supuesto, fake news. La propaganda 2.0 sigue evolucionando.
Uno de los últimos mensajes que han salido a la luz tiene como protagonista también al presidente de la Junta de Andalucía y candidato a la reelección, con la difusión en redes sociales de un audio de Juanma Moreno que ha generado bastante polémica. En él se escucha al popular hablar de pactar con Vox y destruir a su oponente socialista, Juan Espadas, usando incluso campañas “basura” para “confundir a los ciudadanos”. Un audio sacado de una entrevista real, de la que se han seleccionado determinados cortes y alterado su orden para fabricar un mensaje falso difundido a través de un perfil de Facebook. La pregunta es ¿de dónde sale? Ahí surge la polémica: unos apuntan al PSOE como creador del archivo, mientras que los socialistas señalan al otro lado del arco electoral como origen de un mensaje que victimizaría al candidato del PP y que habría sido lanzado desde una cuenta de Facebook que anteriormente habían vinculado al entorno popular.
“Es muy fácil crear cuentas falsas y esa estrategia se está haciendo extensiva a todo tipo de partido”, explica Concha Pérez-Curiel, directora del máster en Comunicación Política e Institucional de la Universidad de Sevilla. Se usan para generar una sensación de apoyo, con bots y lobbies que “van a replicar que lo que digan el PP, PSOE o Vox es ciencia pura” o para difundir información falsa, como en este caso. Lo cierto es que dan resultado (“eso mueve muchísimo”) y los ejemplos son muchos, no solo a nivel local: desde el Brexit hasta el procés catalán, las redes sociales han servido para impulsar grandes movimientos sociales y se han convertido en medio para la desestabilización de las democracias por parte de potencias extranjeras como Rusia o China, como reconoce el propio Parlamento Europeo en un reciente informe. Volviendo a las elecciones andaluzas, el propio PSOE denunció en 2018 la creación de distintas cuentas falsas para promover la abstención socialista, fingiendo en algunas ocasiones ser perfiles de militantes del partido, como el de Socialistas por el cambio instando a tachar de las papeletas el nombre de Susana Díaz. Lograron su objetivo: la participación bajó mucho en las elecciones perjudicando fundamentalmente al PSOE.
En abierto, la campaña electoral ha convertido las redes en sus mejores aliadas. Twitter es la red por excelencia para el debate político, remarca la profesora, especialmente en un contexto en el que “los líderes van concentrando cada vez más el interés, por encima de lo que diga el Gobierno o su partido”. En esta red se lanzan los mensajes más serios, las reacciones a la actualidad del día, se publicitan los actos de los partidos y, también, se publican vídeos como el de Juanma Moreno con su perro TobyToby a la caza de colectivos muy activos como el de amantes de los animales. En ella destacan los dos extremos: los perfiles de Macarena Olona (388.000 seguidores) y Teresa Rodríguez (352.700) se sitúan a mucha diferencia del siguiente, Juanma Moreno (175.000). El más bajo es el de la candidata de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, con 19.300, a los que se muestran fundamentalmente vídeos de los mejores momentos de la campaña. “Olona y Rodríguez tienen un alto nivel de engagement porque, aunque no contestan al comentario puntual, sí están cuidando la red”. El resto, en términos generales, no estaría aprovechando todo el potencial de la red a su juicio. El mejor ejemplo de ese aprovechamiento sería el ex presidente de los EEUU, Donald Trump, modelo que siguen los populistas de todo el mundo.
Vox y Adelante Andalucía destacan también en el uso de otras redes sociales. La candidata de Adelante aprovecha su naturalidad ante la cámara para subir vídeos directos a Tik Tok, la red de los más jóvenes. Ambos utilizan los momentos más acertados de sus candidatas en comparecencias y debates para generar vídeos que mueven en esta y otras redes (“Macarena Olona destroza al feminismo”, “Teresa defiende a las personas LGTBI”) y también el PSOE ha apostado por ella. Vox ya supo aprovechar Instagram, la red joven entonces, para impulsar su ascenso en 2018 y hacerse con una base de voto joven que todavía mantiene.
Los partidos también aprovechan las posibilidades que le da Facebook o Instagram (Twitter y Tik Tok no admiten publicidad) para llegar hasta sus votantes vía publicidad oficial en campañas que permiten unos niveles máximos de segmentación (selección de la audiencia que la recibe en función de sus características). El PP ha lanzado una multitud de anuncios, vídeos y fotografías, en los que se difunden mensajes relacionados con Andalucía, se muestra al presidente en los toros, con el Rey (esta última campaña le ha valido una denuncia ante la Junta Electoral) o pesas en mano haciendo deporte. En el lado del PSOE, vídeos destinados a los jóvenes, reivindicación de los logros de sus años de Gobierno o un audiovisual en el que reclaman para sí todo el voto de la izquierda en detrimento de los otros partidos. Vídeos todos ellos con cientos de miles de impresiones (veces que han aparecido en la sección de noticias de Facebook). Vox, en cambio, solo ha lanzado dos campañas, la última hace un par de días llamando a evitar un pacto PP-PSOE para evitar que la ultraderecha entre en el Gobierno.
Hay una red que está siendo clave en los últimos procesos electorales y que es muy difícil controlar: Whatsapp. “La estrategia de Vox y Adelante Andalucía con Whatsapp es digna de estudio”, asegura Pérez-Curiel, destacan en una red que usan todos los partidos en mayor o menor grado. A través de la mensajería “le sacan partido a contenidos de otras redes. Es algo más familiar, no informa tanto y tiene una posibilidad de engagement inmediata”. No se trata solo de mensajes directos de los partidos, sino que los seguidores de estos actúan como agentes transmisores, reenviándolos a sus amigos y conocidos. Un ejemplo es el caso que abre este reportaje, movido desde redes afines al PSOE. El efecto multiplicador es tal que la propia aplicación tuvo que poner un límite al reenvío de mensajes para evitar el uso que estaba teniendo para la difusión de spam, estafas y noticias falsas. En cuanto al formato, “mensajes cortos, claros, pausados, son los que funcionan”.
Una de las iniciativas curiosas de la campaña ha sido de Ciudadanos, que ha puesto en marcha en Cádiz el bot Quillo, que conversa e interactúa con el ciudadano gracias al uso de la inteligencia artificial. Este peculiar militante es capaz de detectar el humor del usuario para adaptarse a él. Su misión fundamental es difundir el programa electoral de Cs, los logros de la legislatura y el proyecto Cádiz Horizonte 2026 de una forma amena. Funciona 24 horas y responde de manera automática a cualquier pregunta, cuenta chistes e incluso calma los ánimos si recibe algún insulto. Solo deriva al equipo de campaña cuando la conversación llega a un punto en el que se requieren respuestas muy concretas.
“Eduardo, ¿qué tal, cómo estamos”. Así comienza una llamada telefónica Juanma Moreno en el penúltimo vídeo difundido por el PP en Twitter. Junto a la IA, esta campaña vuelve otro formato ya casi tradicional de propaganda, el de la llamada de teléfono, aunque también con innovaciones. En el caso de los populares, tanto el candidato a la Presidencia como los cabezas de lista de las distintas provincias están haciendo llamadas telefónicas personalmente a los electores, llevan ya más de 1.000. En total, la candidatura ha contactado durante la campaña electoral con 125.361 andaluces en este puerta a puerta telefónico para exponer los logros y las propuestas del candidato del PP a la Presidencia de la Junta de Andalucía y recoger sugerencias y preocupaciones. En el PSOE, a los electores los llama Juan Espadas, pero en formato virtual: un sintetizador está al otro lado del teléfono imitando la voz del candidato, aunque con un problema: los andaluces (como el resto de los españoles) están ya hartos de llamadas de teléfono con voz metálica y más de uno cuelga rápidamente.
Redes activistas
No solo los partidos utilizan las redes e internet con motivaciones políticas. La comunicación digital es clave para el activismo, que encuentra en ella un medio para organizarse y llevar los temas que le interesan a la agenda pública, más en momentos clave como las campañas electorales. Lo que surge en estos momentos es la punta del iceberg.
Como explica José Candón, profesor e investigador de la Universidad de Sevilla, “cuando se habla de internet cada vez más nos referimos a la parte más visible, que son las redes sociales, y ahí abunda el debate sobre el ruido, los discursos del odio, la confrontación. Pero se olvida la otra parte, muy importante en movimientos sociales, los correos, foros, listas de correo, herramientas internas donde los colectivos afines debaten. Es un contexto de democracia deliberativa”. Para ello también se usan Whatsapp y Telegram, o wikis colaborativas “que es donde realmente los colectivos crean sus consensos y argumentos”.
Será posteriormente en las redes sociales donde se reflejen esos consensos ya existentes en organizaciones políticas, colectivas, “se llevan a la agenda pública y entramos en otra etapa de propuestas”. Llegan entonces las demandas, movilizaciones. Esto tiene repercusiones políticas, surgen nuevos liderazgos. Y cuando llegan las campañas electorales, “normalmente hay más movilizaciones”.
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