Educación compensatoria: Una lucha titánica contra la brecha digital

Los directores señalan que la brecha no es sólo digital sino social y que la presencialidad es fundamental

En el estado de alarma se han cubierto necesidades básicas de las familias

Una de las vídeo reuniones del claustro del CEIP Manuel Altolaguirre de Palma-Palmilla

Málaga/“Ahora tengo problemas mucho más graves que los deberes de mis hijos, como por ejemplo, poder darles de comer”. Esto lo aseguraba una vecina de Cruz de Humilladero y madre de seis hijos en los momentos más duros del confinamiento. Y resume a la perfección la problemática a la que se han tenido que enfrentar los centros educativos de las zonas más vulnerables de Málaga.

Cuando las necesidades más básicas no están garantizadas, conseguirlas es lo prioritario y todo lo demás pasa a un segundo plano. Si a esto se le suma la carencia de dispositivos, de wifi o tarjeta de datos y, sobre todo, el analfabetismodigital tanto de alumnos como de familias “no estamos hablando de una brecha, sino del cañón del Colorado”, apunta Miguel Ángel Muñoz, director del colegio Manuel Altoguirre, en el distrito Palma-Palmilla.

En este centro le han dado una vida nueva a la página web, han colgado contenidos en Instagram, Twitter y Facebook para llegar al máximo número de alumnos posible y han dado material impreso a las familias que recogían los menús de los niños dos veces a la semana. “También hice un curso de Moodle y abrí aulas virtuales pero no las hemos utilizado porque nos parecía injusto darle la clase virtual solo a la mitad del alumnado, a los que se pudieran conectar”, agrega.

Pero “no es tanto el problema que existe a nivel informático sino que los padres tienen problemas más graves que el colegio”, indica el director del Manuel Altolaguirre. Y señala que se han dado dos sistemas, “los que han desbordado a las familias con material, los que hemos intentado solventar otras carencias como la misma alimentación y el equilibrio emocional, la escuela es mucha más que un mero transmisor de conocimientos, es algo mucho más integral”.

"Hemos intentado solventar otras carencias como la misma alimentación y el equilibrio emocional"

Para Muñoz en este último trimestre se han dado dos constantes. Uno de ellos es “el principio de la incertidumbre pedagógica, ya que cuantas más tareas mandamos menos sabemos lo que el niño hace o aprende, no sabemos si lo hace el niño, el hermano, el padre o Google”, afirma. Y también está el “principio de improvisación: la improvisación no es una mala técnica pero para eso tienes que conocer la materia sobre la que improvisas y saber las técnicas, cuanto mejor conoces tu escuela mejor resultado ha tenido esta improvisación”.

Una brecha social que es difícil sortear

También en Palma-Palmilla , el claustro del colegio Doctor Gálvez Moll ha intentado llegar a todo el alumnado posible. “Más que digital, nos gusta llamarlo brecha social, hay muchas problemáticas que les dificulta el aprendizaje con respecto a niños de otros barrios, aunque todos ellos tuvieran un dispositivo y conexión wifi”, indica Virginia Arjona, la directora del centro.

Una de las clases del colegio público Doctor Gálvez Moll en una imagen de archivo. / Javier Albiñana

“Somos centro TIC y hemos procurado enseñarlos en las nuevas tecnologías, pero tenemos los mismos problemas que para que aprendan matemáticas o sociales, tenemos otras carencias que afrontar y cuando los padres no les pueden ayudar todo es más difícil”, añade la directora.

La Consejería de Educación ofreció tablets y tarjetas de datos en concepto de préstamo a todos los escolares de sexto de Primaria que lo necesitaran. En el CEIP Doctor Gálvez Moll han tenido, además, tarjetas para algunos alumnos de quinto a través de los servicios sociales del Ayuntamiento. “Los niños han trabajado mucho por audios y vídeos de los maestros, han mandado por whatsapp, también imágenes, hacían las tareas en sus libretas y subían una foto al grupo con el resultado, un 70% o más del alumnado ha atendido más o menos a lo que se pedía”, destaca Arjona.

"No son tres o cuatro meses de pandemia, vivimos preocupados por ellos todo el año porque no tienen una igualdad de oportunidades real"

Pero también han tenido casos en los que han estado preocupados por necesidades más acuciantes. “Viven en infraviviendas, han tenido problemas alimenticios, algunos, aunque pocos, han estado ilocalizables y luego hemos sabido que se han marchado con otras familias”, indica la directora y relata que en una de las casas tenían que hacer turnos para dormir porque no había suficientes camas. “Una familia marroquí llegó poco antes del confinamiento y se instaló en un piso que compartían 16 personas”, asegura. “También nos han llegado a decir que no habían recogido sus cosas del colegio y que en casa no tenían ni un lápiz”, añade Arjona.

Reparto de comida en el colegio María de la O de Los Asperones. / Javier Albiñana

Ambos directores de Palma-Palmilla defienden la escuela presencial como necesidad fundamental. “El seguimiento que hacemos es muy personal, verles las caras y saber que están bien es básico para nosotros y para ellos es muy necesaria la sociabilidad que se trabaja en el colegio, compartir, respetar las reglas, trabajar en una misma línea, pactar normas y convivir, eso se aprende en el aula”, señala Virginia Arjona.

Y destaca que la preocupación de estos docentes “no son tres o cuatro meses de pandemia, vivimos preocupados por ellos todo el año, la escuela no puede reproducir las condiciones de exclusión social, pero la pobreza crece y nuestros alumnos no tienen las mismas oportunidades reales, invertir en nuestros alumnos es apostar por el futuro, hay que cuidar a la infancia y, sobre todo, a los más desprotegidos, dar oportunidades para que se pueda salir de ahí”.

Aprender con Onda, contenidos educativos en la radio

Durante el estado de alarma también se han llevado a cabo iniciativas para apoyar la labor de estos centros de compensatoria. En la radio comunitaria Onda Color se puso en marcha el programa Aprender con Onda “Hemos producido más de 100 piezas, entre Onda Color y los centros educativos, hemos tenido más de 1.200 reproducciones, además, hemos añadido unos 80 vídeos a las piezas sonoras”, apunta Alejandro Blanco, coordinador del espacio educativo radiofónico que ha intentado suplir en cierta medida las carencias de conectividad del alumnado.

“Nos hubiera gustado que tuviera todavía más incidencia y uso, que se hubiera visto más on line, pero nos lo hemos tomado como un ensayo para los periodos de cierre de escuelas que puedan estar por venir”, apunta.

La necesaria alfabetización digital

Maribel Serralvo, directora del colegio público Nuestra Señora de Gracia, y Mercedes Jiménez, jefa de estudios del centro, han intentado conseguir dispositivos para todos los estudiantes que no tenían. Para ello, además de los que ha provisto Educación para sexto, han contado con la colaboración de Ayuda en Acción y los Scouts del colegio Los Maristas. “Cada tutor ha hecho un diseño para su curso en función de las familias que tiene y sus necesidades, hemos intentado que la atención fuese lo más personalizada a cada situación posible”, indica Mercedes.

Patio del colegio Nuestra Señora de Gracia antes del estado de alarma. / Javier Albiñana

Pero Maribel resalta que “incluso teniendo todos un dispositivo no se llega bien a todo el alumnado de forma virtual porque no tienen habilidades para ello”. Por tanto, han tenido que buscar otras fórmulas como crear grupos de whatsapp, hacer llamadas y un seguimiento personal. “Al menos hemos procurado que hubiese un contacto telefónico semanal con cada familia y en eso se ha implicado todo el profesorado”, subraya la directora.

"En este tiempo se ha comprobado que la realidad de la escuela presencial es insustituible"

La jefa de estudios también destaca que ha sido “demasiado tiempo” y que “el enganche ha ido menguando, a pesar de los esfuerzos de profesorado, familias y alumnado se ha visto que la realidad de la escuela presencial es insustituible”. El aprendizaje se construye en relación, como indica Jiménez, y esas interacciones se pierden con la distancia.

En El Gracia, como lo llaman cariñosamente, “realmente todos los niños han tenido oportunidad de poder trabajar, lo que pasa es que cada casa es una realidad. Nos falta mucho la alfabetización digital, tanto a maestros como a las familias. Necesitamos un aprendizaje y eso nos falla. No tanto los recursos, que hemos intentado compensarlo, como esa alfabetización digital que no se puede aprender en un fin de semana”, destaca Serralvo.

La vuelta al colegio en septiembre

Con la vuelta al cole en septiembre, se tendrá que hacer balance y “ponernos al día con lo importante, además de ver cómo vienen los niños emocionalmente hablando”, dicen Miguel Ángel Muñoz. En el CEIP Nuestra Señora de Gracia tienen una propuesta de alfabetización digital para alumnos y familias, para que aprenden desde el funcionamiento de plataformas para la conexión virtual a algo tan básico como el funcionamiento del correo electrónico.

“Parecen que los niños son nativos digitales pero no es así, no nos podemos quedar en el vídeo del Tik Tok”, destaca Serralvo y señala que han presentado un proyecto con Ayuda en Acción que quieren poner en marcha cuanto antes por si se repiten confinamientos en el futuro próximo.

La jefa de estudios del colegio destaca que han hecho un esfuerzo grande “por no sobrecargarlos de tareas, porque en muchas casas había un solo dispositivo para varios hijos en distintos niveles educativos, hemos tenido que pensar en esa realidad, en ponerles tareas que sean competenciales, que impliquen una reflexión”.

"La infancia ha sido la más perjudicada de la pandemia, se están tomando medidas para recuperar todos los sectores y ninguna para reparar el grave perjuicio a los escolares"

Cuando no han tenido otra vía, igualmente han repartido tareas junto a los paquetes de alimentos que se han llevado para casa. “Hemos intentado con mucha dificultad y no con el éxito que quisiéramos seguir con la misma filosofía”, concluye la directora del Gracias. Y todo ello para cubrir en lo posible la gran carencia que ha supuesto el cierre de los colegios para cientos de escolares.

Pilar Triguero, portavoz de la federación de asociaciones de padres Fdapa, lo tiene claro. “La infancia ha sido la más perjudicada de la pandemia, se están tomando medidas para recuperar todos los sectores y, sin embargo, ninguna para reparar el grave perjuicio ocasionado a los escolares”, reclama.

“Algunos no han tenido una conexión aceptable, no han podido seguir el ritmo y ese daño hay que comenzar a compensarlo”, afirma. Para Triguero, la desescalada se ha hecho pensando en otros intereses. “Hemos abierto playas, espacios públicos, todo lo que no repercute directamente en la infancia. Es el momento de pensar en los niños, que siempre se nos olvida lo mismo”.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último