El Puerto de Málaga cifra en unos 30 millones la inversión para la marina de San Andrés
Quiere dar luz verde al concurso de la concesión, por un periodo de 50 años, a mediados de julio, con el objetivo de que sea adjudicada a finales de año o inicios de 2021
Málaga/La estrategia diseñada por el Puerto de Málaga para los próximos años, repletos de proyectos que supondrán una importante transformación en su actuación fisonomía, tiene en las marinas deportivas uno de sus puntales principales. Tras adjudicar la concesión de los atraques para megayates en los muelles 1 y 2 a un consorcio liderado por Igy Marinas, pretende activar el concurso mediante el que allanar el camino para la construcción de una de las infraestructuras marítimas más demandadas en Málaga capital: el puerto deportivo de San Andrés.
Una actuación de una envergadura mayúscula, como demuestran los cerca de 30 millones de euros en los que la Autoridad Portuaria estima su ejecución. Sobre lo elevado del montante, el presidente del Puerto, Carlos Rubio, recordó que se trata de una infraestructura que no es fácil de desarrollar, porque "casi toda la superficie hay que ganarla al mar, todo lo que son muelles y aparcamientos hay que ganarlo y eso es caro".
Rubio viene incidiendo desde hace meses en la trascendencia de estas instalaciones no solo para el recinto sino también para la ciudad, por cuanto permitirá cubrir el déficit que la capital de la Costa del Sol presenta en esta materia. Los datos iniciales apuntan a que la futura instalación dispondrá de al menos 650 puntos de atraque, aunque ello dependerá de la oferta final.
Para avanzar en esta actuación, el objetivo marcado es que el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria dé luz verde al pliego de condiciones que regirá el concurso a mediados del próximo mes de julio. La primera intención fue la de proceder con este trámite en el arranque del año, si bien la incidencia del coronavirus se dejó sentir y obligó a modificar el calendario.
A partir de este momento y de la publicación del procedimiento de concesión, Rubio confía en que pueda conocerse la empresa o empresas que asuman el proyecto a finales del ejercicio o principios de 2021. Una obra de este tipo podría necesitar de al menos dos años.
No será la primera ocasión en la que el Puerto sale al mercado en la búsqueda de una empresa que asuma la ejecución de la marina a cambio de su explotación comercial. Ya lo hizo hace ahora casi diez años y medio. Fue en octubre de 2009 cuando el organismo portuario seleccionó la propuesta presentada por el consorcio Marinas del Mediterráneo y GEA21, con una inversión comprometida de 24 millones de euros y año y medio de obras. La apuesta de esta alianza era la de dar forma a una marina con 626 amarres en régimen de alquiler (466 con distinta distribución de eslora y 160 ubicados en la marina seca).
Sin embargo, con el paso de los años se demostró la incapacidad de estas empresas por ir adelante con la iniciativa. Finalmente, la concesión fue rescatada en 2015. Y desde ese momento, aunque han sido varias las ocasiones en las que se abrió la puerta a volver a licitar la obra, nunca se hizo. Hasta ahora.
El paso adelante que pretende dar el Puerto se produce después de que hayan sido numerosos los contactos mantenidos para recabar la existencia o no de interés por parte de empresas. La percepción que tiene Rubio es favorable, apuntando como probable que haya más de una firma que puje por el desarrollo de estas instalaciones náuticas. A favor de los intereses de la institución malagueña juega la amplicación del periodo concesional. De los 35 años del concurso anterior se pasa a 50 años, lo que permite al futuro adjudicatario disponer de un margen de tiempo mucho más amplio para rentabilizar su inversión.
Más allá de este detalle, los parámetros que marcarán el procedimiento son semejantes a los de hace más de una década. En aquel momento se hablaba de una concesión que iba a afectar a unos 92.286 metros cuadrados de espejo de agua y 28.725 metros cuadrados de tierra, sobre la que se levantarían una escuela de vela de 200 metros, unos 3.000 metros cuadrados de locales comerciales, un inmueble de Capitanía y Servicios; una superficie de operaciones no inferior a los 10.000 metros cuadrados, y una “marina seca” desmontable para 150 embarcaciones.
El aprovechamiento comercial posible fue cuestionado tiempo atrás por el Puerto, cuyos responsables abrieron el diálogo con el Ayuntamiento para ampliar este techo edificable. Una de las opciones objeto de análisis fue la de trasladar a la marina los 8.000 metros cuadrados de techo edificable que están reservados en el Plan Especial del Puerto para el viejo proyecto del teatro de Antonio Banderas.
Sin embargo, esta vía quedó cerrada de manera definitiva, por cuanto ello implicaría una modificación del planeamiento urbanístico que se extendería meses, obligando a posponer el concurso. El Puerto prefiere, en este caso, aprovechar el momento. Rubio sí explicó a este periódico que una de las variaciones que se introducirá será la de permitir al futuro concesionario ampliar el espacio de terraza de los locales comerciales, de manera que ganen en atractivo.
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