“Ni PISA lo es todo ni somos unos fracasados en Andalucía”
Sergio Banderas | profesor deInformática y finalista mejor docente FP Premios Educa Abanca
El profesor de Informática del IES Campanillas ha resultado finalista como mejor docente de FP de España en los premios Educa Abanca
Defiende la gamificación como herramienta de éxito dentro del aula
Málaga/CREATIVO, apasionado de su trabajo y dispuesto siempre a que un proyecto le embauque. Sergio Banderas cambió la empresa privada por la enseñanza pública hace 15 años y se ha convertido en un experto en la introducción pedagógica del videojuego. Este año ha resultado finalista de los premios Educa Abanca en la categoría de FP.
–¿Dónde radica el éxito en la profesión docente?
–En un cúmulo de factores, empezando por la motivación del profesorado. Al docente tiene que gustarle su profesión, estar motivado, con ilusión para afrontar nuevos retos y constantemente aprendiendo, no solo conocimientos sino también nuevas metodologías. Para mí el éxito de un docente es que enganche al alumno para que este quiera seguir aprendiendo más.
–¿Y qué cualidades son las que considera esenciales?
–Estar muy pendiente de empatizar con el alumnado, que ellos se sientan también motivados, que crean que lo que hacen es útil. El docente tiene que fomentar el amor a aprender. El aprendizaje tiene que ser algo enriquecedor, no se trata solo de saber la materia para un examen. También tienes que adaptarte como profesor a todos los niveles, hacer metodologías inclusivas para que les llegue a todos. En nuestro caso, en la FP, hay que intentar adaptarlo lo máximo posible a la vida profesional.
–¿Los conflictos en el aula han desmotivado al docente?
–Nosotros somos unos privilegiados porque en la FP los conflictos casi no existen. Son alumnos de 16 años como mínimo. Nosotros, además, estamos fuera del centro, en el PTA, lo que genera un ambiente más profesional y adulto. Es impensable que algún alumno tenga una actitud violenta.
–¿Por qué cree que se dan estas actitudes en niños cada vez más pequeños?
–La sobreprotección de las familias hace mucho, el que cuestionen constantemente al profesor.
–¿Ya no valen las mismas herramientas que antes en el aula?
–No. Es verdad que cuando éramos jóvenes se usaba mucho la disciplina, la memoria, la constancia... Y no le quito valor a todas ellas. Para conseguir logros hay que esforzarse, está claro, pero también hay que dar otro tipo de ingredientes. La gamificación, por ejemplo, está teniendo resultados impresionantes. No significa que estemos todo el día jugando, sino introducir algunos juegos para que el aprendizaje atraiga al alumno. Para mí no vale el “esto es lo que hay y el que no me siga que suspenda”. No puedes dejar fuera a esta parte de la sociedad. En mi caso, uso el videojuego para que aprendan la programación con mucho más interés. Incluso llegan a niveles más avanzados. Es un ejemplo de cómo usando la programación desde otro prisma consigues que les apasione.
–Los adolescentes de hoy tienen inquietudes, herramientas y asumen el conocimiento de una forma muy diferente que hace tres décadas. ¿Eso tiene que tener reflejo en clase?
–Efectivamente la sociedad del conocimiento ha cambiado radicalmente. Como les llega la información, como la procesan y son capaces de resolver problemas, como están educados, todo es distinto y también tenemos que adaptarnos nosotros a esos cambios sociales.
–¿El sistema educativo se está adaptando?
–Es lento, el sistema educativo es muy lento. Es verdad que se están apoyando muchas iniciativas y se está visibilizando el trabajo que hacen compañeros en distintas áreas. Lo que sí es cierto es que la normativa no se adapta o lo hace muy despacio. Lo que hay ahora mismo son muchos profesores innovadores de manera individual, llaneros solitarios en distintos centros, pero no hay cambios integrales que hagan que todo el mundo pueda adaptarse. En la FP, por ejemplo, hace falta más agilidad para poner en marcha las especialidades que están demandando las empresas.
–¿Hay que hacerle caso al Informe PISA?
–Relativamente. Para mí es un indicador más, una estadística, pero no refleja el 100% del aula. El dato nos tiene que servir para reflexionar y mejorar en lo que podamos, pero no podemos obsesionarnos, ni Pisa lo es todo ni somos unos fracasados en Andalucía.
–Los resultados en Matemáticas y Ciencias vuelven a ser malos...
–Sí y creo que esto en parte se debe al tipo de enseñanza que se sigue impartiendo. Las Matemáticas y las Ciencias si la aplicamos a la vida real, con proyectos de robótica, de steam, que ahora se hacen mucho, atrapan al alumno y hacen que llegue a conocimientos más avanzados y más interesantes para él mismo. Otra cuestión es que en nuestro sistema educativo estamos obsesionados con los contenidos de los currículos. En Finlandia y Alemania el número de contenidos que se dan es bastante inferior. Así que yo me pregunto, ¿es necesario tanto contenido, para qué tener tanta información en la cabeza? Más que retener, lo que necesitamos es saber manejar esa información. Igual con todo, lo que se necesita es darle una aplicación práctica. Hay que hacer más hincapié en temas transversales tan importantes como saber expresarse y hablar en público.
–¿La FP tiene ya el lugar que le corresponde?
–En los últimos años ha dado un cambio bastante grande. De ser la última opción del estudiante a ponerse de moda. Ahora está cogiendo el sitio que tiene en cuanto a la empresa, porque ahora es ella la que tira mucho de la FP. El alumnado se está dando cuenta de que tiene una opción muy buena para formarse en una profesión de una manera práctica, rápida y avanzada, porque los Grados Superiores tiene un nivel muy alto. Afortunadamente ahora sí vive un momento muy bueno, lo que no quita que necesite mejoras.
–¿Se necesitan, sobre todo, más plazas?
–Sí, ahora mismo hay mucha gente que se queda fuera y de ello se beneficia la formación privada, que está viviendo su momento. Cuando hay una necesidad en la sociedad y en la industria la educación pública le tiene que dar una oportunidad a todos. Por otro lado, tiene que ser rápida la creación de especialidades adaptadas a las demandas profesionales. También se están creando nuevos títulos, sobre todo en el digital, robótica, inteligencia artificial y videojuegos, pero se necesita más agilidad.
–La UMA quiere acercar la FP a la universidad...
–Sí, estoy participando en un proyecto con ellos. Han creado unos títulos propios de la UMA en los que participan también la FP y empresas. Uno de ellos va a ser Competencias digitales, formación tecnológica y videojuegos y yo doy la parte de videojuegos de FP. La idea es intentar conseguir atraer alumnos de FP, hacer uso de su profesorado para crear cursos de especialización que será lo próximo que nos llegará a la FP, una especie de másteres. Pero lo que a la FP le gustaría es que la universidad no se llevase los cursos de especialización, que los sigan teniendo la enseñanza no universitaria.
–¿El videojuego es una industria a tener en cuenta en Málaga?
–El Ayuntamiento está apostando de una manera brutal por esta industria. El Polo Digital está sembrando un montón de empresas pequeñas, es una incubadora de talento que se está haciendo su sitio fuera. A nivel nacional Málaga ya es un referente en videojuegos. Se espera que todo esto, con gente formada, pueda servir para captar proyectos de envergadura.
–¿Qué resultados está dando la FP Dual?
–Con nosotros va sobre ruedas, estamos en mitad del Parque Tecnológico, rodeados de 800 empresas y casi 20.000 trabajadores. Tener un centro de FP dentro nos beneficia mucho. De hecho, tenemos lista de espera de empresas para poder ofertarle a alumnos. Si la empresa se compromete, el alumno desde primero está aprendiendo herramientas y tecnologías que en el centro no podría, ya sea por su dificultad o por su coste. Es un complemento enorme que después de coger su base académica vaya a la empresa a especializarse. En la mayoría de los casos consiguen quedarse en la plantilla. Y a las empresas cada vez les interesan más los técnicos medios y superiores. Hace diez años solo querían a ingenieros.
–¿En otras titulaciones funciona?
–Para que la Dual funcione tiene que haber empresas comprometidas y tejido. Hay centros que lo tienen que hacer con menor número de alumnos. Pero es verdad que cada vez la empresa está más interesada.
–¿Cómo docente lo ve un modelo acertado?
–Sí, mucho. Los alumnos traen conocimientos muy actualizados y muy avanzados, las empresas están a la última. Y ellos tiran del profesorado para que nosotros mismos nos actualicemos.
–La inserción laboral en este sector es alta, ¿y los sueldos?
–Lo que reclamo es precisamente eso, que los sueldos son bajos, tanto como cuando yo trabaja en la empresa privada hace 15 años.
–¿Eso no le resta competitividad con otras plazas europeas?
–Hay mucho personal que, aún con sueldos pequeños, prefieren quedarse en Málaga que irse a otro sitio. Y las empresas que se instalan aquí lo hacen porque la mano de obra es barata y les interesa. La esperanza que tengo es que cada vez necesiten más trabajadores, no los tengan y se vean obligados a subir el sueldo para captarlos también de otros puntos de Andalucía. Ahora mismo, para alguien joven de otra ciudad es impensable el traslado aquí.
–¿Hay ya menos atascos para acceder al PTA?
–Sí, los nuevos carriles están salvando en cierta medida la entrada, las caravanas de una hora ya no se producen, aunque hay que seguir poniendo más autobuses. El Metro sería ideal, la verdad.
–¿Una de las mayores fortalezas de Málaga está es su sector tecnológico?
–Sí. Está claro que el primero es el turismo, pero Málaga a nivel tecnológico es una de las ciudades más importantes de España, somos de los grandes.
–¿Cuáles son las principales debilidades de la Málaga actual?
–El no saber ser sostenible. Así se puede morir de éxito. Es evidente el colapso que tiene el centro de la ciudad. No hay necesidad de querer crecer tanto y aparentar tanto a nivel exterior y sí generar más riqueza en los barrios y en los servicios sociales. Se está focalizando todo en el turismo y podemos colapsar la ciudad. En estos días está imposible pasear por la ciudad. No es cuestión de quejarse de vicio, pero está claro que no se puede convertir en un parque temático para el turismo.
–¿Qué futuro cree que le espera?
–Lo que me ha parecido patético son los bloqueos que han existido durante tantos años porque la Junta y el Ayuntamiento no fueran del mismo color político. Da vergüenza ajena. Afortunadamente ahora, al margen del partido político que gobierne, que se pongan de acuerdo va a hacer ganar mucho a Málaga. Se van a desbloquear muchos proyectos interesantes para la ciudad como el Metro.
–¿Cuál ha sido para usted una mejora en la calidad de vida?
–Ha mejorado mucho la infraestructura deportiva en todos los barrios. El que no hace deporte hoy día es porque no quiere.
–¿Qué supondría ganar el premio al mejor docente de FP?
–Una satisfacción personal y una alegría saber que he sido reconocido por mis propios alumnos. Y, por otro lado, me ilusiona ser abanderado de la FP, el portavoz de tanta gente que está haciendo cosas buenas para darle valor que se merece a estas enseñanzas. Te sientes que haces algo importante y eso es bonito.
Formación reglada para la industria del videojuego
Sergio Banderas, Málaga, 1976, es ingeniero técnico en informática de gestión por la Universidad de Málaga. Trabajó en la empresa privada seis años como programador y analista y en 2004 consiguió su plaza de docente. Desde hace 15 años es profesor del IES Campanillas, donde coordina el programa de bilingüismo y el de movilidad. Actualmente, está colaborando con el Ministerio de Educación en la redacción de un curso de especialización de videojuegos. “Se está haciendo el Real Decreto y si sale las comunidades autónomas podrán ofertar un curso de especialización en los centros”, indica. Apunta que no existe formación reglada en este campo, solo escuelas privadas o un máster universitario y subraya la necesidad de estos estudios “porque hay una gran industria”.
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