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Málaga/¿Cuándo llegará el Metro de Málaga al Centro de la ciudad? ¿Cuánto acabará costando la obra del ferrocarril urbano en el momento en que la red quede completada hasta el entorno del Hospital Civil? Son dos de las cuestiones que, casi 14 años después de que arrancase la construcción del suburbano junto al Martín Carpeta, siguen sin tener una respuesta cierta.
Si de un lado la Junta de Andalucía opta por la prudencia ante el interrogante de los plazos, toda vez que son continuos los retrasos que acompañan a la infraestructura (tendría que haber entrado en servicio en febrero de 2009), ante la duda de la inversión final se ampara en la imposibilidad cierta de fijar los valores finales cuando aún resta por definir la prolongación de ramal de Carretera de Cádiz bajo tierra hasta la zona norte.
A pesar de ello, hay ya datos objetivos que permiten hacer una aproximación al coste final, que con toda probabilidad se irá por encima de los 900 millones de euros. Esta cifra es más del doble de la cuantía por la que fue adjudicado el proyecto original a finales de 2004. La propuesta presentada por la unión temporal de empresas liderada por FCC alcanzaba los 403 millones de euros, incluyendo los costes vinculados a la ejecución de la infraestructura y el material móvil.
La realidad actual del que sigue siendo el gran proyecto de obra pública en la provincia de Málaga nada tiene que ver con lo que se dibujaba hace ahora más de tres lustros. Los datos más próximos en el tiempo relacionados con el coste de construcción fueron conocidos hace apenas unas semanas por el Parlamento andaluz, que dio validez al informe de fiscalización redactado por la Cámara de Cuentas sobre la Cuenta General de la Junta de 2018.
A tenor de lo reflejado en este documento, detalle corroborado desde la Consejería de Fomento, la ejecución del Metro a finales de ese ejercicio alcanzaba ya los 687 millones de euros. De esta suma, 594,7 millones eran imputables a la obra ejecutada por la concesionaria del suburbano (incluyendo material móvil y otros servicios), mientras que los restantes 92,3 millones lo eran de manera directa a la Agencia de Obra Pública de Andalucía.
Esta última parte de la fórmula corresponde a los trabajos que decidió asumir la Junta en el intento de reducir los costes de ejecución del Metro en un momento en que la variación respecto al precio original era ya considerable. Con ese propósito, el Gobierno andaluz firmó a mediados de 2010 una revisión del contrato de concesión por el que se hacía cargo de la licitación y adjudicación de tres de los tramos del trazado original: Doctor Domínguez-Asperones; Renfe-Guadalmedina y Guadalmedina-Malagueta.
Es el coste que se estima podría tener la construcción bajo tierra del ramal del Metro hasta el Hospital Civil
Este último, en un nuevo giro de los acontecimientos, de nuevo motivado por la elevación de los costes y el retraso en los plazos, fue finalmente segmentado en dos a mediados de 2014: Guadalmedina-Atarazas, bajo tierra, y Guadalmedina-Hospital Civil, en superficie. Casi seis años después de esta última modificación contractual, coincidiendo con la llegada del Partido Popular y Ciudadanos al Gobierno andaluz, los cerca de 2 kilómetros que iban a discurrir a ras de calle por Eugenio Cross y Blas de Lezo, lo harán soterrados. Una fórmula que obligará a incrementar sustancialmente los costes y el calendario de ejecución.
Los datos de la Cámara de Cuentas sientan las bases para avanzar en el cálculo final del coste del Metro. Incluso cuando restan numerosos hitos por cumplir, incluyendo nuevas variaciones de los precios previstos y adjudicados. A los 687 millones de finales de diciembre de 2018 pueden agregarse los casi 30 millones presupuestados por la Junta en 2019 para dar continuidad a la obra en marcha, cuya materialización, de acuerdo al ritmo de trabajos desarrollado, se estima casi plena. E incluso los 55 millones registrados en las cuentas autonómicas de 2020. En este supuesto, no obstante, las fuentes consultadas admiten que habrá que esperar para determinar el grado de ejecución dada la singularidad de los meses actuales, claramente afectados por la crisis sanitaria del coronavirus.
La llegada de un nuevo equipo al frente de Fomento no solo alteró la previsión de cerrar la red del suburbano en superficie; también supuso un importante empuje a una actuación que, según sus responsables, se encontraba a un muy bajo ritmo de ejecución. El impulso permitió que la maquinaria en los tajos pendientes de finalización ampliase turnos, logrando el cierre de la cicatriz que durante años supuso la zanja del Metro en la Alameda Principal y avanzando en la liberación de la Avenida de Andalucía, tocada por el suburbano desde hace casi una década.
Aunque la apuesta inicial era la de tener reurbanizada la avenida a finales de mayo o principios de junio, la importancia de la labor arqueológica desarrollada durante más de un año (ahora se acomete la excavación final) y el parón obligado por el coronavirus, hacen improbable alcanzar estas fechas. El coste estimado para completar el tramo Renfe-Guadalmedima (tras anular el contrato original con Grupo Ortiz) era de 27,7 millones de euros, con un plazo de 19,5 meses. Pero ni los plazos ni la inversión serán las previstos.
El calendario se cumplió a mediados del pasado mes de marzo, con lo que ya se ve superado; al tiempo, Fomento admite que está siendo objeto de estudio un proyecto modificado presentado por las constructoras por los trabajos arqueológicos realizados, de una dimensión muy superior a los previstos.
A estos elementos de la ecuación resta por añadir el relativo a la extensión del Metro hasta el Civil, en cuyos terrenos la Junta proyecta el tercer hospital de la capital de la Costa del Sol. Si bien las cifras económicas no podrán determinarse hasta tener el proyecto constructivo sobre la mesa (está en fase de contratación su redacción), las primeras aproximaciones fijan una horquilla de entre 130 y 150 millones de euros. Y ello sin sobresaltos posteriores.
Conforme a todos los elementos aquí tomados en consideración, los trabajos ahora en marcha entre Renfe y la Alameda van a implicar una inversión próxima a los 770 millones de euros, a expensas de que dicha suma no requiera de una nueva partida en las cuentas de 2021 para completar la red hasta ese punto de la ciudad. Un montante que se disparará por encima de los 900 millones en el momento en que tome cuerpo la pieza final del puzle que deberá permitir la llegada de los viajeros hasta las puertas del futuro tercer hospital.
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