Una Málaga por escribir
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Con Edita & Libreta, en Cristo de la Epidemia, la artista y diseñadora Carmen Moreno rescata la mejor tradición del comercio de barrio desde una apuesta artesanal y a la vez ferozmente contemporánea
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Málaga/Poco después de llegar a Málaga, Carmen Moreno encontró en la calle Andrés Pérez la inscripción con el el verso del Romance de Angélica y Medoro de Góngora: “Los ojos con mucha noche”. “Y supe entonces que esta era mi ciudad”, confiesa. Hace ya ocho años que tomó la decisión de quedarse y desde entonces han pasado muchas cosas, pero su historia se conjuga en tiempo presente y había llegado el momento de invitar a los demás a que escribieran la suya. Moreno, vecina de la Trinidad, traía una más que notable experiencia como artista y diseñadora gráfica en Madrid, con una cartera de clientes en la que figuraban el Parlamento Europeo (con algunas exposiciones en Bruselas en su haber), ministerios, fundaciones, instituciones públicas, editoriales como Taschen y Alfaguara, productoras cinematográficas, bodegas, marcas comerciales como Flex y Mash y publicaciones como la edición española de la revista Cahiers du Cinema, reconvertida más tarde en Caimán. Cuadernos de cine, para los que diseñó todo tipo de campañas, catálogos, maquetas, portadas, carátulas, carteles y hasta escaparates (“Aprendí el arte del escaparatismo en Valencia, donde tienen una tradición enorme: allí son mucho de darse a ver”, matiza). Asentada ya en Málaga, comenzó a facturar trabajos del mismo tipo para la Universidad, el Museo Carmen Thyssen y otros centros mientras inauguraba sus exposiciones como artista (la primera, hace unos cuatros en el Estudio de Ignacio del Río con una selección de acuarelas) y asumía que iba siendo hora de dar una oportunidad a los proyectos más largamente deseados, especialmente los que tenían que ver con el papel: “Soy una amante acérrima del papel. Como soporte, tiene una pureza extraordinaria. Y me devuelve a una sensación de naturaleza viva muy directa, inmediata”. Hace algo menos de un año, encontró la manera de asentar el órdago definitivo y ahora su anhelo es una aventura firme y cumplida con sede en el número 15 de la calle Cristo de la Epidemia, a pocos pasos del Jardín de los Monos: Edita & Libreta ofrece una cita obligada para cualquiera que, como su mentora, ame el papel, el arte y la escritura a mano; pero, además, recupera la esencia del comercio de barrio en un sentido que en Málaga, a estas alturas, parece decididamente urgente.
En virtud de su dedicación artística, Carmen Moreno desempeñó durante décadas un ferviente apostolado cultural en Madrid (“Con mucha noche, mucho defendido y mucho peleado”, explica al respecto) que ahora mantiene intacto en Málaga, en cuya escena artística, teatral y musical es ya bien conocida. Sostiene, sin embargo, que sus años “de trabajar en casa” como diseñadora gráfica han impreso en su carácter una inclinación “a la timidez” por la que uno, eso sí, no apostaría un céntimo al verla al frente de Edita & Libreta, donde recibe tanto a compradores en firme como a curiosos atraídos por la novedad. Los principales reclamos de su establecimiento son sus cuadernos, diseñados, estampados y fabricados de manera artesanal en diversos tipos de papel con una extensión común de 112 páginas y un acabado de ensueño para cualquier usuario que se precie. Los hay en distintas colecciones: de corte más clásico, con inspiración malagueña o con geometrías japonesas. Pero la devoción al papel adquiere también aquí la forma de la obra gráfica de Carmen Moreno, que el cliente puede llevarse a casa con títulos tan sugerentes como Clavelito de extrarradio o Rosa para David Bowie que revelan, de paso, el ingrediente fundamental con el que la artista ha armado Edita & Libreta: el humor. En el mismo local, presidido por cierto por un escaparate lleno de memoria personal y poderoso atractivo, tiene Moreno su taller de estampado y encuadernación, en el que ya trabaja para la creación de nuevos productos que añadirá pronto a la oferta ya en marcha. “Me gusta que el cliente que viene a comprar un cuaderno perciba que hay un trabajo artesanal detrás y que, al mismo tiempo, se sienta legitimado para utilizarlo, llenarlo de dibujos o escrituras, gastarlo como considere, porque para eso se lo lleva. Yo no ofrezco productos de lujo, sino cosas de papel al alcance de cualquiera. Soy muy cosista, celebro el fetichismo del objeto, pero también de su uso”, apunta mientras destaca la acogida de su proyecto en el barrio de la Victoria: “Desde que inauguramos el 1 de diciembre tengo cada vez más claro que es aquí donde teníamos que estar”.
Con su mundo de papel y color, su invitación al trazo y su vistoso escaparate, Edita & Libreta constituye así una excepción higiénica, redentora, a una ciudad adscrita sin reparos al raso más homogéneo, al no-lugar propio del aeropuerto en calles y plazas franquiciadas. La historia de Carmen Moreno nos recuerda para qué sirven los barrios, cuál es su sentido y su oportunidad; y vuelve a demostrar, de paso, hasta qué punto el comercio local, ese situado ya al borde de la extinción, va de la mano de la vecindad y la ciudadanía. Si se trata de escribir la historia del año nuevo de nuestra propia mano, en lugar de permitir que nos la escriban otros, Edita & Libreta merece toda la atención como primera parada. Quién dijo que la resistencia tendría que renunciar a la belleza.
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