El maestro Juan Martínez que estaba allí
Juan Martínez existió
Museos en Málaga
Málaga/La noticia se hizo pública hace unas semanas y despertó un interés internacional a la altura: el Centre Pompidou de París cerrará sus puertas para una profunda rehabilitación de sus instalaciones, en realidad una transformación en toda regla, con tal de poner freno a la avanzada degradación del edificio, víctima del amianto y un progresivo envejecimiento que había llegado a poner en serio peligro su continuidad. Tal y como confirmó a finales de enero la ministra francesa de Cultura, Roselyne Bachelot, aunque cabía la opción de mantener el museo abierto parcialmente mientras se desarrollaban las obras, finalmente el cierre será total para que la intervención no se prolongue más allá de cuatro años. El objetivo es, en cualquier caso, que el nuevo Centre Pompidou esté listo para la celebración de su 50 aniversario en 2027, con lo que las obras comenzarán previsiblemente a comienzos de 2023 o, incluso, a finales de 2022. Se da la circunstancia de que el Pompidou francés se encuentra cerrado actualmente, al igual que buena parte de los museos del planeta, como medida para hacer frente a la pandemia del coronavirus, con lo que el centro pone sobre la mesa un plazo considerablemente remoto para abrazar su definitiva normalidad. El interés suscitado tras la noticia procede de la evidencia de que el que posiblemente sea el fondo de obras de arte del siglo XX más importante del mundo se dispone a iniciar un largo retiro del que podrían beneficiarse otros muchos museos de cualquier latitud a base de préstamos, lo que de hecho ha generado ya incipientes negociaciones con instituciones que aspiran a custodiar las obras emblemáticas del Pompidou mientras dura el cierre, espoleadas por la sequía de la actividad museística que ha propiciado el coronavirus. Es de esperar que las otras sedes que el Centre Pompidou mantiene abiertas dentro y fuera de Francia partan con ventaja a la hora de hacer valer sus opciones. Y ahí es donde Málaga se postula en un horizonte que podría resultar interesante más allá incluso de las obras de arte que lleguen finalmente.
Fue la concejal de Cultura, Noelia Losada, la que soltó ayer lunes todas las liebres cuando confirmó, en declaraciones a la cadena Ser, que Málaga ya se había ofrecido “a acoger las joyas del Centre Pompidou durante el tiempo que haga falta”, y que sería el director de la sede del Cubo del Puerto, José María Luna, el encargado de negociar “con nuestros colegas parisinos” los términos de la operación. Losada matizó de inmediato que “no hay nada confirmado”, pero sus declaraciones sí delataron cierta prisa, con sus razones: si en algún momento se produce lo más parecido a un reparto de la tarta, Málaga, como plaza estratégica del Centre Pompidou, merecería una posición protagonista desde el principio. Preguntado al respecto por Málaga Hoy, el propio José María Luna declinó hacer declaraciones, si bien adelantó que la semana que viene tendrá un encuentro con los responsables del Centre Pompidou de París “en el que abordaremos éste y otros temas”. Pero sí subrayó Luna que el Centro Pompidou Málaga, desde su inauguración en 2015, es ya “destino preferente de algunas de las colecciones más importantes del Centre Pompidou de París”. Recordó Luna en este sentido exposiciones pasadas como las dedicadas a Matisse y Miró y la abundante obra de Picasso mostrada en este lustro, así como la colección semipermanente que, tras la prolongación ya acordada, permanecerá en Málaga hasta 2022 y las exposiciones temporales dedicadas a Sophie Call y Julio González que vendrán a lo largo de este 2021. Es decir, de las palabras de Luna se deduce que la llegada de obras procedentes del museo madre durante el cierre no entrañaría una diferencia sustancial respecto a la política habitual del centro.
No obstante, la hipótetica custodia de estas obras de arte sí podría tener consecuencias más allá de las mismas. El acuerdo suscrito por el Centre Pompidou de París y el Ayuntamiento de Málaga para la continuidad del Centro Pompidou Málaga expira en 2025; en un principio, el acuerdo, firmado en 2015, contemplaba un plazo de cinco años ampliable a otros cinco, tal y como se acordó ya en 2019. En su momento, la institución francesa dejó claro que no habría opción alguna a reválida después de 2025, ya que el proyecto nacía con carácter “temporal”. Sin embargo, el buen entendimiento reinante entre el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; y el actual presidente del Centre Pompidou, Serge Lasvignes, podría propiciar un destino distinto a esta relación. Ahora, la posibilidad de que el Pompidou parisino envíe parte de sus fondos a su satélite malagueño hasta 2027 podría funcionar como argumento determinante a la hora de prolongar el vínculo más allá de 2025. Aunque todo forma parte de la más pura especulación, resulta previsible pensar que el alcalde aprovechará esta coyuntura para lograr un propósito al que Lasvignes, desde luego, no hace ascos. De hecho, ya se ha referido abiertamente a la posibilidad de establecer una relación “duradera” más allá del primer acuerdo.
Lo que sí confirmó José María Luna es la continuidad de los proyectos compartidos con otros museos malagueños, especialmente el Museo Picasso, como respuesta a la crisis del coronavirus y como instrumento para atraer más público local. Así, Luna señaló que uno de los museos de la Agencia municipal que dirige (en la que se integran la Fundación Casa Natal y el Museo Ruso además del Pompidou) acogerá próximamente un nuevo encuentro del ciclo Los Museos a Escena, de la mano del Museo Picasso y el Museo Carmen Thyssen. Todo sea por hacer del arte, también, remedio y razón.
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