Volver a empezar en el Convento de la Trinidad
Equipamientos en Málaga
El Centro Nacional de Diseño y Arquitectura anunciado por la Junta es el enésimo proyecto para un edificio histórico castigado por la contienda política
Málaga/Desde que la Junta de Andalucía se hiciera cargo en 2005 del Convento de la Trinidad, en virtud de la permuta por la que el Gobierno autonómico cedió al central el antiguo Hospital 18 de Julio la Caleta para instalar allí la Subdelegación del Gobierno a cambio del histórico inmueble que ordenó construir Fernando El Católico en 1494 (permuta que favoreció la disponibilidad completa del Palacio de Aduana para acoger el Museo de Málaga), el uso cultural comprometido para el inmueble se ha convertido en un notable quebradero de cabeza para la misma Junta, que en estos tres lustros ha enumerado sucesivos proyectos al respecto sin ver materializado ninguno. Mientras tanto, el pésimo estado de salud del convento, sometido a la ruina y al expolio, ha impuesto una particular carrera contrarreloj (de hecho, ya en julio de 2005, apenas recibido el edificio, tuvo que invertir la Junta a toda prisa 150.000 euros en una actuación de urgencia para evitar que el inmueble se viniera abajo) que ha terminado por conducir a ninguna parte, al menos en lo que se refiere al antiguo Gobierno socialista en Andalucía. El anuncio por parte de la nueva Junta de un Centro Nacional del Diseño y la Arquitectura llega un año después de que el anterior consejero, Miguel Ángel Vázquez, anunciara un Centro de Artes en Vivo, así llamado, en cuya definición habían participado diversas organizaciones y colectivos sociales y culturales de la ciudad (de la Academia de San Telmo a la Academia Malagueña de Ciencias) y que fue desestimado tras el cambio de color político que propició el resultado de las últimas elecciones autonómicas. Y, en realidad, la (mala) suerte del uso cultural del Convento ha dependido siempre de los colores reinantes en la Junta y el Ministerio de Cultura, además de la incapacidad manifiesta de la praxis política aplicada (o sugerida) hasta ahora para resolver el entuerto.
Con aquella permuta de 2005, además, Francisco de la Torre se encontraba con un serio obstáculo para llevar el Museo Arqueológico a la Trinidad, un proyecto que se había barajado en Málaga desde aquellos tiempos en blanco y negro en los que la colección arqueológica ocupaba las áreas reservadas a tal efecto en la Alcazaba. En diciembre del mismo 2005, la entonces consejera de Cultura, Rosa Torres, anunció la construcción del Parque de los Cuentos, con un coste previsto de treinta millones de euros que incluía el gasto de la rehabilitación completa del edificio y una previsión de 300.000 visitantes anuales. El concurso arquitectónico no se convocó hasta julio de 2007 (antes, en 2006, el Gobierno había aprobado una inversión de un millón de euros a cuenta del 1% cultural para paliar la degradación del convento) y, tras la adjudicación del proyecto, se entregó el proyecto básico de ejecución por 885.000 euros en 2008. Por entonces comenzaron también las obras de rehabilitación, que se prolongaron hasta 2011, y justo entonces se produjo el primer cambio de rumbo: en marzo, el siguiente consejero, Paulino Plata, descartaba el Parque de los Cuentos por “problemas técnicos” y anunciaba la apertura, a modo de recambio, de una sede del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico especialmente dedicada al arte rupestre, proyecto que en enero de 2012 fue bautizado como Centro de Bienes Culturales y Patrimonio Mundial (CBC-PM). En julio de 2012 se produjo otro relevo en la Consejería con la llegada de Luciano Alonso, quien sostuvo la idea de un centro de arte rupestre al amparo de la Unesco y aprobó, de paso, el polémico derribo de los pabellones militares anexos al convento. Todo volvió a cambiar en 2013, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy limitó en sus presupuestos la inversión para la Trinidad a 50.000 euros: Alonso anunció de manera unilateral el traslado de la Biblioteca Provincial a la Trinidad en lugar del centro del IAPH, una medida que contó con el apoyo del entonces portavoz del PP en el Parlamento Andaluz, Antonio Garrido, mientras Francisco de la Torre reclamaba a la Junta la gestión de la Aduana e insistía en la solución del Museo Arqueológico para la Trinidad. Aunque el Gobierno se mostró también en un principio favorable al traslado de la Biblioteca, descartó la opción del convento en 2015 por “diversos problemas en el proceso de afectación” y optó por el antiguo Colegio de San Agustín. Inaugurado el Museo de Málaga (colección arqueológica incluida) en diciembre de 2016, Miguel Ángel Vázquez comenzó a perfilar en 2017 el Centro de Artes en Vivo, concebido en realidad como un espacio para jóvenes creadores, cuya licitación estaba de hecho prevista para el pasado mes de mayo aunque sin una sola partida presupuestaria. Y así, hasta ahora.
Preguntado por el Centro de Artes en Vivo, el actual secretario general de Innovación Cultural y Museos de la Junta de Andalucía, Fernando Francés, confirmó hace unos días que ordenó parar la medida poco después de asumir el cargo porque la consideraba “una reacción improvisada de Miguel Ángel Vázquez al anuncio que poco antes había hecho el Ayuntamiento de un centro para jóvenes creadores en la antigua cárcel, el Distrito 6, ya sólido y en marcha”. Ahora, el Centro Nacional del Diseño y la Arquitectura, planteado como agente de referencia mundial, ostenta el relevo. Suerte.
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